Desde hace 3 años y con el objetivo de fomentar el uso adecuado de los antibióticos y de reducir su consumo inadecuado, se ha desarrollado el estudio a nivel europeo denominado ‘Happy audit’, del cuál han sido presentadas algunas de sus conclusiones.
El mal uso o el consumo innecesario de antibióticos constituyen una de las principales razones del aumento de infecciones causadas bacterias resistentes, lo cuál lleva asociado un incremento de la mortalidad, de la hospitalización prolongada y del aumento de los costes sanitario. También se ha analizado la atención de las infecciones respiratorias en Atención Praria. El método utilizado para auditar es el ‘Audit Project Odense’ (APO).
En concreto, en el conjunto de la Unión Europea supone unas 25.000 muertes al año y un coste económico que se eleva hasta los 1.500 millones de euros anuales extra. El proyecto cuenta con una financiación del organismo europeo de 1,5 millones de euros y ha contado con la colaboración, entre otras, de la Sociedad Española de Medicina y de Familia Comunitaria y de la Consejería de Sanidad del Gobierno Canario. Respecto a datos concretos, Francia y España se encuentran a la cabeza europea en los índices de resistencias anticrobianas y en el consumo de antiéticos, mientras que en el otro extremo de la lista se sitúan los países nórdicos. Sólo en 2009 se vendieron en nuestro país 56 millones de antibióticos.
La Comisión Europea otorga gran valor a los resultados de estos estudios, de los que pueden derivarse recomendaciones como las que ya aprobó en 2002 y 2009 el Consejo de Europa. Isabel de la Mata también quiso recordar que según las cifras del últo Eurobarómetro, un 40% de los europeos ingirió antibióticos durante el últo año. Y que el 53% creen que sirven para matar los virus, lo cuál es una idea errónea.
Respecto al uso de antibióticos en las consultas relacionadas con infecciones respiratorias ‘la frecuencia y el tipo de éstos varía según los países’ afirmó el profesor de la Universidad de Copenahgue (Dinamarca) Lars Bjerrum. Mientras que en los países nórdicos la Penicilina V es el más frecuente, en los países del sur de Europa es la amoxicilina y sus diferentes combinaciones. A pesar de las diferencias, Bjerrum ha recordado que es necesaria la colaboración de todos los países que ‘las bacterias no respetan fronteras’. Como dato positivo el estudio muestra la reducción de prescripciones de antibióticos de manera más acusada en Lituania y algunas zonas de Rusia. En España esa reducción se situó en el 30% en 2009, gracias ejemplo a la introducción de pruebas de diagnóstico rápido en consultas que permiten distinguir si la infección del paciente es de origen vírico o bacteriano.
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