Con 60 años se necesita 10 veces más de luz para conducir que con 20

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Hasta un 5% de los accidentes cuyas causas con médicas podrían tener su origen en trastornos de la visión, según datos de la Dirección General de Tráfico (DGT). En este sentido, se hace hincapié en que es a partir de los 40 años cuando la vista comienza a deteriorarse significativamente. De hecho, los expertos añaden que con 60 años se necesita 10 veces más de luz para conducir que una persona de 20.

 

Cataratas, presbicia o el glaucoma son algunos de los problemas de visión asociados a la edad que pueden surgir a partir de los 60 años, según la Clínica Baviera. Por este motivo y con motivo del Día Internacional de los Mayores (1 de octubre), los expertos aconsejan a los conductores mayores de esta edad que se sometan a revisiones oftalmológicas periódicas con el fin de detectar y minizar estos problemas de visión.

 

Según Dr. Fernando Llovet, Director Médico de la mencionada clínica, estos conductores de edad avanzada tienen ‘un menor rendiento de los movientos oculares y una peor percepción espacial’. Además,  incide en que ‘su adaptación a la oscuridad, su recuperación al deslumbramiento, su visión cromática, su atención y su búsqueda visual son más litadas’.

 

En este sentido, advierte que ‘el mejor ejemplo es que un conductor de 55 años necesita ocho veces más tiempo para recuperarse de un deslumbramiento que un adolescente de 16 años’. Sin embargo, si nos referos a la noche, la situación empeora aún más.  Y es que en la visión nocturna la precisión de distinguir los objetos separados (agudeza visual) se reduce hasta un 20% y el umbral de contraste aumenta considerablemente con la edad a partir de los 50 años.

 

De hecho, en la franja horaria entre las 20 horas y las 8 horas se producen el 33% de los accidentes mortales. Los especialistas recomiendan que sea el propio conductor el que se autolite para conducir en condiciones de poca luz o la noche. Aquí, Llovet resalta que ‘cuando existe un cambio de luminosidad, el ojo necesita un tiempo de adaptación que se incrementa a medida que nos hacemos mayores. Una persona de 60 años necesita diez veces más luz para conducir que una de 20’.

 

Llevar constantemente las gafas, si se necesitan; tratar de conducir el menor tiempo posible la noche y evitar circular en condiciones de escasa visibilidad, así como elegir el vehículo adecuado con espejos retrovisores grandes y antideslumbramientos son algunos de los consejos.

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