CRÓNICAS DEL HIMALAYA Una de las cosas que más llaman la atención de este macrojuicio son los coches utilizados muchos de los acusados que, supuestamente, se encuentran en estado de insolvencia.
GORKA ZAMARREÑO (ENVIADO ESPECIAL A MÁLAGA) El descampado que hace las veces de provisado aparcamiento, situado frente a las puertas de la Audiencia Provincial de Málaga, ha visto aumentar su caché desde el pasado lunes. Resulta enervante observar como secretarios judiciales, funcionarios y jueces utilizan el transte público de la cercana parada de autobús o pequeños coches utilitarios mientras que los plicados en el caso de corrupción municipal más tante de la historia, lucen automóviles de ensueño. Los dos preros días de juicio han marcado lo que se convertirá en norma. Mientras los periodistas, con los huesos molidos horas de espera, se hacen un hueco a codazos para conseguir una mísera declaración, un retazo de agen, quienes han vaciado las arcas de Marbella y han cometido todo tipo de tropelías demuestran su falta de decoro y vergüenza. Por mucho que ahorren, sus míseros sueldos no llegarán para comprar los tapacubos de estos vehículos de ensueño. Sólo uno de los acusados en el juicio de la Malaya a esperado la llegada del autobús. No diremos de quien se trata pero si de que es una de las pocas víctas injustas del proceso.
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En estos dos días hemos visto desfilar vehículos valor de varios millones de euros.
Tomás Olivo, famoso edificar ilegalmente La Cañada, luce un precioso Aston Martin DB9 (184.040 euros) cual émulo de James Bond. El niño de la Yagüe se calza un bonito Mercedes SLK Rojo (desde 43.024 euros), mientras que Julián Muñoz llega en un flamante Range Rover Discovery 4, (la versión básica se vende 42.772 euros) conducido su chofer. Román tiene los mismos gustos que el Cachuli, utiliza para huir de los objetivos de las cámaras un Range Rover mientras se tapaba el rostro con una chaqueta. Varios mercedes S 500 (desde 83.650 euros) se apostan a la salida de la audiencia cada día, entre ellos el que utiliza Rafael del Pozo, ex jefe de la Policía Local de Marbella y que esconde en una de las esquinas de la ciudad de la justicia. Otros optan moverse en Mercedes clase M, todo terreno el que, como míno hay que desembolsar 58.888 euros. Los más sofisticados se hacen esperar Porches, hoy podían verse un Cayenne y un 911 Turbo Cabriolet (153.736 euros) con rubia despampanante incluida. Los más discretos prefieren los Lexus RX (67.770 euros) o los Audi A8 (77.920 euros) como es el caso del clan del Guadalpín.
Ante este panorama y pensando que a cada acusado le toca una media de 6 años de petición de prisión, es comprensible que cunda el desáno y se instale entre los ciudadanos un terrible sentiento de frustración. Los ciudadanos que se ganan honradamente el pan, entre los que se cuentan los jueces, no deberían asistir a este lamentable espectáculo de la ostentación. Se pone un castigo ejemplar que deje a toda esta ralea de ladrones con un bonobús en la mano con un único trayecto: La prisión de Alhaurín de la Torre.
