Hoy arranca la campaña ‘Un dedo de espuma, dos dedos de frente’, de Cerveceros de España, destinada a recordar a los jóvenes adultos la necesidad de consumir cerveza de forma moderada. Como en otras ocasiones, casi 700 jóvenes han competido para diseñar la creatividad de la campaña de este año que estará presente durante el próxo mes en intet y en 3.000 bares y espacio de ocio y cultura.
Algo muy personal (‘de ti depende’), para disfrutar despacio (‘¿quién dijo prisa?’) en una diversión prudente (‘el triunfo del equilibrio’). Así ven la cerveza los jóvenes de toda España que han participado en la campaña ‘Un dedo de espuma, dos dedos de frente’. Todos ellos han competido durante meses y votado las propuestas del resto de jóvenes para elegir las tres creatividades que protagonizarán la campaña publicitaria.
¿El objetivo de esta iniciativa? ‘Recordar a los jóvenes que si consumen cerveza se haga de manera responsable’, asegura el director general de Cerveceros de España, Jacobo Olalla Marañón, quien hace hincapié en que ‘si bien nuestro país se encuentra a la cabeza de la UE en consumo moderado, las medidas educativas y preventivas a largo plazo han demostrado ser las más eficaces, de ahí nuestra apuesta permanente esta campaña en el que son los propios jóvenes los que conciencian a otros’.
LOS GANADORES
En la categoría audiovisual, la campaña ganadora ha sido la pieza que tiene como título ‘Ya sabes cómo empieza, tú decides como acaba’, donde los veinteañeros Sergio Ariño y Pablo Ojea invitan a la prudencia y el disfrute.
Por su parte, el relato ganador del estudiante Diego Campos hace hincapié en historia de la cerveza bajo el título ‘Tiempo al tiempo’: ‘las evidencias más antiguas de la producción de cerveza datan de alrededor del 3500a.C y actualmente su producción mundial es de 1.200 millones de hectolitros. Bebe con calma, no se va a terminar. ¿Quién dijo prisa?’.
Asismo y partiendo de la base de que los extremos no son buenos, Serena Perrotta, ha representado la sensatez en el consumo de cerveza a través de un código de precaución, un semáforo en ámbar que pretende comunicar equilibrio. ¿Su título? ‘El Triunfo del Equilibro’.