A ver quién recorta más y mejor

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Pocas opciones le han quedado al alcalde de Madrid para hacer sus presupuestos municipales tras el tazo que le dio la semana pasada el presidente del Gobierno al negarle la posibilidad de refinanciar la deuda de la capital. Una petición que, no olvidemos, Gallardón formuló no solo para aliviar la situación financiera de Madrid, sino en nombre de la Federación Española de Municipios y Provincias, con objeto de paliar una grave discrinación que vienen sufriendo, al igual que Madrid, los ayuntamientos con respecto a las otras dos administraciones, pues tanto el Gobierno como las Comunidades Autónomas tienen la posibilidad de refinanciar al cien cien sus vencientos de deuda. El alcalde ha tenido que meter la tijera y ha reducido en un 9 ciento el presupuesto municipal, una caída especialmente significativa en la que ha sido la principal bandera durante sus mandatos, el área de Obras y Espacios Públicos, que sufre un recorte de unos 450 millones de euros, alrededor de un 23 ciento con respecto al ejercicio presente. Gran parte de este ahorro será posible gracias a la subrogación de la deuda de Madrid Calle 30, única operación que le autorizó Rodríguez Zapatero. Por tanto, muy poco margen tiene Alberto Ruiz Gallardón para salir airoso del trance: o refinanciar deuda, que ya le han dicho que nones, o incrementar la presión fiscal, que es una medida muy popular con el horizonte de las elecciones municipales a la vuelta de la esquina, o tirar de la venta de activos municipales, como Mercamadrid u otros. En este escenario, no faltan las puyas de Esperanza Aguirre, quien le ha sugerido deshacerse de algunos de los edificios que conforman el ingente patronio inmobiliario como consejo para salir de la asfixia financiera. Un dardo envenenado, pues la presidenta sabe bien que ningún ayuntamiento puede utilizar parcelas o edificios para financiar gastos corrientes. Lo que sí puede hacer el Consistorio es reorganizar y reubicar las diferentes dependencias municipales en edificios de propiedad municipal que están vacios o infrautilizados, con lo que se podría ahorrar los alquileres que está pagando albergar oficinas, juntas municipales y concejalías, mas de 50 millones de euros al año. No tiene sentido pagar alquileres cuando se dispone de espacios propios suficientemente representativos. Y aquí Esperanza Aguirre ha vuelto a adelantarse a Gallardón anunciando un plan para cambiar los edificios de la Comunidad que pagan los alquileres más caros otros más económicos. Veremos cuáles son y cuánto supone de ahorro.

 

Alberto Castillo

Director de Gente en Madrid

http://www.gentedigital.es/blogs/sinacritud

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