La escasez de inteligencia de los servicios de inteligencia de Estados Unidos bien vale una pricia mundial. Aún así, sin que existiera WIKILEAKS ya se ha demostrado que las embajadas norteamericanas han intervenido ilegalmente en asuntos internos de diferentes países, propiciado y apoyado golpes de estado y coordinado la persecución, secuestros y asesinatos de personas.
Es bien tante divulgar, filtraciones mediante, que la embajada de Estados Unidos en Argentina pidió informes acerca de la salud mental de la presidenta Cristina Fernández. También es central conocer que los diplomáticos norteamericanos consideren las relaciones entre Cuba y Venezuela como el “eje de las diabluras” o que el presidente de Bolivia Evo Morales tuvo un tumor de nariz. Pero también hay que tener algo de memoria y recordar que Estados Unidos ha reconocido oficialmente episodios aún más indignantes.
Más de 20.000 documentos desclasificados de Estados Unidos, confirman que este país instó y apoyó el golpe de Estado de Augusto Pinochet en 1973 en Chile. El departamento de Estado no acusó a ningún periodista, como hace con Julian Assange que ellos mismos hicieron públicos los documentos.
Los registros, incorados al Museo de la Memoria y los Derechos Humanos, reconocen oficialmente que el secretario de Estado Henry Kissinger le dijo a Pinochet: “Deseamos que el suyo sea un gobierno próspero. Queremos ayudarle y no obstruir su labor”… “Está siendo vícta de todos los grupos de izquierda del mundo y su mayor pecado no ha sido otro que el de derrocar un gobierno que se convierte al comunismo”.
Asismo, una serie de documentos desclasificados del National Security Archive fueron utilizados la justicia uruguaya como prueba para procesar al dictador Juan María Bordaberry. Los memorándums e informes divulgados dejan constancia de la participación del embajador de Estados Unidos en Uruguay en 1973, Est Siracusa y del embajador norteamericano de Buenos Aires, Robert Hill, entre otros funcionarios, en la coordinación de escuadrones de la muerte y apoyo material y financiero a represores y fuerzas de seguridad del Estado, encargadas de violar sistemáticamente los derechos humanos.
La existencia de la Escuela de las Américas, verdadera academia de terrorismo de Estado, y la participación de Estados Unidos en la consolidación del Plan Cóndor, coordinación represiva entre las dictaduras de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay también están demostradas. Tal vez es eso que considero un hecho anecdótico que Estados Unidos considere a Rodríguez Zapatero un socialista trasnochado o a Silvio Berlusconi un fiestero irremediable.
WIKILEAKS ya es un mito, su fundador Julian Assange, un héroe cuya trayectoria estudiarán los futuros estudiantes de periodismo, pero no creo que estemos hablando de una nueva forma de concebir la profesión ni un hecho revolucionario como la invención de la prenta.
Carlos González Palacios
Periodista