Oda al egocéntrico

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Llegas tarde, pidiendo una caña  y haciéndote notar…

 

 

Llegas tarde, hablando deprisa y sin pararte a escuchar…

 

Llegas tarde, degustando ‘a destajo’ y siendo el prero en acabar…

 

Llegas tarde, profiriendo falsos halagos y sonriendo sin parar…

 

Llegas tarde, haciéndote fotos y empujando al marchar…

 

Los vampiros nunca duermen…

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