Se presenta un año intenso, sofocante, para los medios. Y para unos más que para otros. Y uno de los más agitados es Vocento. Ya verán. Todo que el grupo vasco sí, todavía vasco padece cuatro crisis coincidentes. Una, la general. Dos, la de los medios. Tres, la de los diarios presos. Y cuatro, y no menos tante, la de José Manuel Vargas, el encargado de Vocento (lo de consejero delegado es otra cosa de mucha más altura y condición). De lejos la que puede llevarse delante a la compañía es esta últa, que al “pequeño ruiseñor” de Juan Ignacio Luca de Tena ahora le ha dado repasar las obras de Luis María Ansón al frente del gran ABC para ver si se le pega alguna idea gratis.
Y así van sus adláteres los pasillos repitiendo el mantra de que “hay que quedarse con lo bueno, no ta de quién”, sin saber que Ansón no dabe puntada sin hilo y que no puede interpretarse ninguna de sus acciones separado, sino que son fragmentos de una fotografía aérea que no podría apreciarse de manera aislada ni sin perspectiva. Así, alegremente, quieren itar el abecé asoniano de las tadas únicas pero sin los temas de fondo de garra a los que antaño daba cobijo, con lo que el satélite Bieito (¡Benito, coño!) riza el rizo servil y presenta cables de agencia como trabajos de fondo.
El material averiado e insustancial se salpica con un par de firmas que aún consienten ceder su nombre con tal de mantener un jugoso estatus económico de vida. Y todos contentos. Uno, embriagado de soberbia delirando con la idea de recuperar el ABC de Ansón a precio de multichollo, y el otro (ay, Benito, lo tuyo es casi más grave) solo preocupado de ser reconocido como director de ABC, un perfecto desconocido para la profesión, con un discurso apolillado, pedante y anclado en el terruño de hace veinte años. Eso sí, sin problema para rubricar el despido de quien sea y apoyar cualquier idea de Vargas, disparatada que sea, que a fin de cuentas es lo que le mantiene en el cargo.
Y de Abc.es mejor ni hablar, con un problema de tráfico de caballo. Vamos, que no arranca. Y Vargas, mientras tanto, juguetea a controlar Vocento con una idea peregrina: meter en el accionariado a un gran accionista institucional que le permita diluir la participación de los Luca de Tena, los Bergareche y los Ybarra, para convertirse en el puente con el nuevo inversor y aferrarse al cargo mientras hincha su “golden parachute”, desprocionado para la situación de la empresa, en caída libre en Bolsa.
Y enca, en su dislocada carta a los Reyes Magos, quiere que el mayor accionista individual de la compañía y vicepresidente de Iberdrola, Víctor Urrutia, siga sosteniéndole haciendo de contrapeso mientras Vargas entrega su alma y le pide consejo y ayuda a Florentino Pérez. ¿Tal vez piensa que Ignacio Sánchez Galán no lee el periódico y se le escapan las felainformaciones que desde ABC se hacen día si y día también al presidente de ACS? En fin, hay deseos que ni siquiera son para los Reyes Magos y que más parecen cosa de ir a Lourdes. Eso sí, que se dé prisa que la cosa está posible.
pedro aparicio pérez
director de prnoticias.com
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