- Julio Ariza ha fichado a Alfredo Dagnino, presidente de la Asociación Católica de Propagandistas (ACdP) y figura clave en la composición del mapa de medios católicos en España. Con ello Intereconomía gana terreno a ABC y a La Razón como referencia del catolicismo más militante.
La Asociación Católica de Propagandistas (ACdP) tiene como principal objetivo pregnar a la sociedad del ideario católico y ‘formar hombres para la vida pública y crear instituciones sociales influyentes y de largo recorrido’. La Asociación laica liderada Alfredo Dagnino y que desde hace más de un siglo siempre ha tenido representantes en los gabinetes ministeriales, está en estos momentos embarcada en una cruzada para combatir el creciente ‘laicismo agresivo’ presente en la sociedad española y denunciado el Papa Benedicto XVI en su últa visita.
Precisamente en toda esta tarea, los medios de Comunicación son claves. De entrada los Propagandistas están íntamente ligados a la Conferencia Episcopal, controlan la Fundación Universitaria San Pablo CEU y tienen línea directa con la Cadena COPE (Alfonso Coronel de Palma fue presidente de la ACdP). En el ámbito de las colaboraciones externas, tienen una buena relación con ABC y con La Razón, que desde sus comienzos no ha ocultado su vocación católica.
Es aquí donde aparece Julio Ariza. El Presidente de Intereconomía, católico militante, conoce los nuevos tiempos que corren para los Propagandistas y ha convencido a Dagnino para sumarse al Grupo en calidad de asesor y de eventual tertuliano si es que éste lo desea. El moviento no es trivial ya que Ariza se asegura el apoyo de los Propagandistas clave para definir la prera línea mediática católica.
En La Razón y ABC ven con malos ojos este nuevo maridaje ya que temen que muchos católicos militantes y la ‘familia cristina’ les dé la espalda y se vuelquen con el multedia de Ariza: Intereconomía, La Gaceta y Radio Intereconomía. Y es que en los Propagandistas existe además cierto resquemor contra los dos diarios conservadores excelencia, ya que no se sienten los suficientemente apoyados estos medios en temas complejos como el aborto. Una defensa cerrada que sí ha hecho Ariza desde sus plataformas.
Perder el apoyo de los propagandistas no sólo significa dejar de contar para el establisment católico y dejarse lectores y oyentes, sino que además se puede traducir en la paulatina migración de grandes anunciantes católicos, que muchas veces se saltan las planificaciones de las agencias de medios para echar un cable publicitario a los medios cercanos a la Iglesia.
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