La Asociación de la Prensa de Madrid celebraba el pasado vies su tercer Laboratorio de Periodismo. Un evento en el que invitados y asistentes debatieron sobre la separación entre publicidad y periodismo y el fenómeno, cada vez más común de de informadores que prestan su credibilidad a una marca para hacer publicidad, incluso recalcando en los anuncios su condición de periodistas. El Laboratorio concluyó con una clara conclusión: la convicción de que hay que separar fuertemente información y publicidad.
Bernardo Díaz Nosty, catedrático de Periodismo en la Universidad de Málaga, afirmó que ‘los periodistas o supuestos periodistas que trasladan su credibilidad como prescriptores más allá de la información a un producto comercial incurren en la degradación más absoluta que puede alcanzar la profesión periodística’. Para Díaz Nosty esto sólo provoca una cosa: la pérdida de credibilidad de los medios, su principal activo.
La periodista Nativel Preciado se mostró partidaria de no confundir el prestigio de un periodista con el de un vendedor de publicidad, si bien reconoció que es ‘una tarea titánica’ tratar de evitar que los periodistas ejerzan de agentes publicitarios. ‘Desde el momento en que un director de una cadena de televisión dijo que los contenidos de su cadena son meros sotes para vender publicidad, es muy difícil luchar contra esta tendencia’, argumentó Preciado. Como contraposición, habló de Iñaki Gabilondo, quien ‘se negó en redondo a hacer publicidad personalmente en su programa de radio y separó clarísamente los espacios publicitarios de sus intervenciones. En el resto de programas silares en que he trabajado, los conductores hacen publicidad de una manera abierta’.
https://www.youtube.com/watch?v=Mg5hp1KaGRY | https://www.youtube.com/watch?v=dyQfhR8Rxr4 | https://www.youtube.com/watch?v=wJAxjRuluog |
Varios asistentes al Laboratorio estaron que aún más preocupante que los casos de los periodistas que ceden su agen es la presión que los anunciantes ejercen sobre el resto de los informadores, con la aquiescencia de los responsables de las empresas periodísticas.
Estas prácticas se han incrementado desde que los medios están teniendo problemas para financiarse, un modelo en el que las marcas están ganando la partida a los periodistas día tras día. ‘Estamos ante el fracaso de un modelo en el que el informador, en el mejor de los casos, solo sirve como coartada para vender un producto, en un escenario en el que el periodista individual tiene poca fuerza para defenderse de las presiones externas’.
El Laboratorio de Periodismo de la APM es absolutamente contrario a que se confunda publicidad e información, eso se oponen claramente a que los anuncios contaminen los informativos, últos residuos existentes de información pura en la televisión. No se duda de la publicidad como sustento de los medios, sino de los periodistas que aumentan sus ingresos esta vía y de los editores que se dejan someter los anunciantes, eso preocupa que estas prácticas puedan influir en la calidad de la información.
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