LA CAZA DEL PERIODISTA

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Lo que le está pasando a Ramón Ferrando nuestro colega del diario Levante que descubrió, videos en mano, a medio centenar de funcionarios de la Ciudad de la Justicia de Valencia, fichando y marchándose a donde fuere sin cumplir con su jornada laboral, es sencillamente vergonzoso. Llenar de carteles intidatorios con la foto del periodista las oficinas de ese lugar, en el que el respeto a las leyes ha ser norma de conducta y ejemplo a seguir, es una infamia intolerable y  también un atentado a la libertad de expresión, pero con mayúsculas. El que el director del diario llamó al Fiscal Jefe al que  habien colocado uno de esos “se busca” a la puerta de su despacho, éste le recrinó enca que hubieran publicado la foto del pasquín en la subsodicha puerta. Es decir: si quieres caldo, toma dos tazas. Una respuesta  kafkiana e indigna de un alto funcionario del Estado que debe defender a los ciudadanos ante cualquier amenaza. Si ser un vago de siete suelas es un derecho constitucional, mucho mas debe serlo el poder explicarle al contribuyente con ágenes reales que en la Ciudad de la Justicia de Valencia figuran en nómina una cincuentena de “gandules” que solo van a fichar, o sea: que cobran de todos nosotros, pero no trabajan. Llenar, a continuación, las oficinas de proclamas con la foto del denunciante en tono intidatorio, no figura en ninguno de los artículos de la Carta Magna y  si, seguramente, en unos cuantos del Código Penal, lo cual,  debería ser motivo mas que suficiente para abrir de oficio una investigación  y expulsar del lugar de los hechos a esa minoría de zánganos, que no deben representar en ningún caso a los otros 1.419 funcionarios que allí, si trabajan, cada día. ¿O no es así machotes?

 

Manuel Fernando González

Editor y Director

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