La recuperación de una ley que otorga al presidente americano el poder de ‘apagar’ la conexión a intet en los Estados Unidos en caso de que se declare una ‘amenaza cibernética’ ha suscitado un intenso debate en la red.
Y no es para menos, la ‘Protecting Cyberspace as a National Asset Act’ otorga al presidente americano el poder de ‘apagar’ la conexión a intet en los Estados Unidos en caso de que se declare una ‘amenaza cibernética’.
La KillSwitch Bill, como se la conoce en el argot de la red, ha vuelto a estar en la cresta de la ola; no es la prera vez que lo hace, presentada el verano pasado los senadores Joseph Lieberman, Susan Collins y Tom Carper, fue desestada el resto de los representantes. Ahora, los tres senadores han vuelto a poner sobre la mesa esta ley que ha suscitado la alarma de los defensores de la libertad de expresión y los expertos en privacidad que ven en esta bill la perspectiva de una agencia del gobierno dedicada a sofocar la comunicación de cientos de millones de personas. A esto se suma que la ley se propone justo a los pocos días de que el presidente de los Estados Unidos criticase las medidas de restricción de acceso a la red tomadas Mubarak en Egipto y exigiese al mandatario la apertura de las comunicaciones en el estado africano.
¿Qué contiene esta ley que levanta tantas ampollas?
Lo prero de todo es la consideración del estado de ciber alarma, una atribución que correspondería al Departamento de Seguridad Nacional americano que podría, según esta ley ‘desconectar’ sitios u ordenadores considerados críticos o potencialmente peligrosos, el presidente tendría, lo tanto, que exponer ante las cortes la necesidad de suprir esta conexión.
¿Peligra la seguridad de un país esta causa? Esa parece ser la pregunta que emerge en este debate, un lado, los diferentes ataques que empresas u organismos oficiales han sufrido desde los inicios de la democratización del acceso a intet no parecen razón de peso para litar este acceso según las consideraciones del equipo de gobierno.
A estos hechos se une la cuestión de la viabilidad tecnológica de esta ley: algunos expertos ya se han aventurado a señalar la posibilidad de ejecución de una normativa de estas características, especialmente en una zona donde las tecnologías están tan avanzadas, Mubarak fue capaz de silenciar temalmente el Intet que hay un pequeño número de proveedores de Intet en Egipto. En el caso de Estados Unidos, incluso con un bloqueo digital en todo el país, los activistas podrían conectarse con eficacia, con métodos anticuados.
Por su parte los defensores de esta ley arguyen la vulnerabilidad a la que presuntamente estaría expuesto un amplio número de personas con sólo unos cuantos activistas. Sin embargo, el concepto de ‘estado de alarma’ parece no estar demasiado claro, al menos, en el texto expuesto en el Congreso un hecho que convence tan poco a sus detractores como el hecho de que, ser América, no se producirá ningún abuso de poder parte del Gobierno.
Por el momento, el debate ya está en la red americana, la Cámara de representantes tendrá la últa palabra, aunque probablemente no el últo post.
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