Quienes no expresan sus sentimientos duermen peor

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La tradición popular, que a veces es muy sabia, siempre ha dicho que hay que hablar, que hay que expresar los sentientos “para desahogarse”. La moderna psiquiatría social y conductual lo corrobora con  todo tipo de fundamentos científicos. Las situaciones de estrés son siempre un factor predisponente de insomnio y  otras alteraciones del sueño, ya que favorecen la actividad cognitiva (pensamientos) antes de dormirse.

 

Si las inquietudes y preocupaciones emocionales se expresan y se comparten, se produce una liberación de estrés y más aún si se halla comprensión y consuelo en quien ha escuchado nuestra pena. Esta actitud de abrirnos genera una liberación de endorfinas, unas hormonas que tienen acción analgésica y producen en nuestro organismo sensación de bienestar. Por ello es favorable la conciliación del sueño.

 

Por el contrario, si todo el estrés se contiene y se queda en nuestro interior va aumentando la sensación de malestar, la inquietud y la actividad cognitiva. Los pensamientos negativos martillean el cerebro e piden que Morfeo nos acoja dulcemente en sus brazos.

 

La crisis es, según diferentes encuestas, lo que más quita el sueño a los españoles. Uno de cada cinco consultados asegura que lo que más le preocupa a la hora de dormir son los problemas laborales y el miedo al paro, enca de las cuestiones de familia y de la salud, que siempre habían sido prioritarias.

 

Para los expertos, salvo en casos severos, uno de los remedios más útiles para combatir el insomnio son las plantas medicinales de dispensación en farmacias. Los estudios científicos publicados no sólo constatan su eficacia, sino también su seguridad cuando son utilizadas correctamente y bajo el consejo de un profesional sanitario, farmacéutico o médico. Si bien su principal indicación es el insomnio transitorio, pueden emplearse durante periodos de tiempo prolongados sin que aparezcan efectos adversos de tancia.

 

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