CRÓNICAS DEL HIMALAYA Escuchar a Juan Antonio Roca, presunto cerebro de la trama de corrupción del Ayuntamiento de Marbella, es quizás una de las experiencias más psicotrópicas que se puedan experentar en estos lares.
GORKA ZAMARREÑO (ENVIADO ESPECIAL A MÁLAGA) El Presunto, es un tipo bronco y duro que apalea dialécticamente a todo el que se le cruza en el juicio del caso Malaya. Es lo que tiene pasar tanto tiempo en el chabolo, muchas horas para cavilar y regurgitar todo el ácido concentrado durante meses tras los barrotes de la celda.
Será eso que Roca lo tiene tan claro, el mandaba sobre todos sus colaboradores y les decía lo que tenían que hacer. “Soy el único responsable” ha declarado exonerando a alguno de sus supuestos testaferros. Lo tiene claro, tan meridianamente claro como que nunca ha financiado sus sociedades mediante la malversación de fondos del Ayuntamiento. Roca no llegó en un seat panda a Marbella como manifestó en tono jocoso. El ex asesor de urbanismo ya poseía una pequeña fortuna de 5 millones de euros que amplió gracias al Caso Saqueo I y Saqueo II, a pesar de que el muñidor de la trama manifiesta que “a día de hoy no hay acusación contra nadie haberse apropiado de ni una sola peseta” en esas diligencias judiciales.
Cuando la fiscalía le interroga sobre la contabilidad de Maras, esas malditas agendas donde aparecen las iniciales de los empresarios corruptos, Roca admite “que hay empresarios con los que he mantenido relaciones”.
Juan Antonio siempre reniega de las acusaciones, lo hace en un tono chulesco, lo que provoca los balbuceos de López Caballero que intenta ordenar en su cabeza la ingente cantidad de datos, cuentas y sociedades que el “Presunto” utilizó para ocultar el rastro del dinero.
Godino consiente, toma notas condescendiente con su lápiz. Nos recuerda a aquel magistrado que presidía las Jornadas Jurídicas de Marbella en compañía de “El Boss”. Cualquier juez en su pellejo reconduciría la actitud de un Roca desafiante capaz de afirmar que “veremos cómo se considera blanqueo pasar 100 pesetas tres cuentas distintas“, todo se debe a una “magnificación general” del procediento “desde el principio”.
Tenemos Roca para Rato, esperemos que alguien le baje los humos, con la venia de su señoría…