Un merecido Nobel para Óscar Elías Biscet

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Al fin Óscar Elías Biscet está fuera del encierro carcelario del totalitarismo castrista. Nunca debió estar en cautiverio. No ha cometido delito alguno, solo el discrepar y disentir del discurso oficial de quienes usurpan el poder en Cuba desde hace más de 50 años. Me agradó verlo a través de las noticias en la televisión con su característica sonrisa y su perturbable serenidad. Aún recuerdo la últa vez que caminamos juntos, mientras intercambiábamos opiniones, la pista de arcilla aledaña al terreno de fútbol en medio de la prisión Combinado del Este de la Habana, en una de esas últas ocasiones en que los mandamás de la Seguridad del Estado le dieron la orden a los jefes del penal que nos permitieran encontrarnos.

 

No siempre era posible vernos las caras frente a frente. En no pocas veces nos voceábamos a todo pulmón, de un edificio a otro, para saludarnos y entendernos gestos en la distancia, pero siempre con el áno y el optismo en su expresión más alta. Es toda una gran experiencia positiva el dialogar con Biscet y a la vez un aprendizaje. Es un político de alto nivel a quien los  gobernantes cubanos respetan la profundidad y firmeza de sus principios y convicciones. Su postura y su nombre son conocidos en todo el mundo como un firme luchador la libertad y la democracia para Cuba y todos los cubanos. Ha decidido permanecer en la isla para continuar su lucha pacífica. Es un hombre valiente y decidido. Lo respeto y admiro y a la vez respaldo la propuesta hecha para el Premio Nobel de la Paz. Se lo merece. Méritos tiene de sobra.

 

Es fácil decir que pasó más de diez años en prisión, pero otra es haberlo sufrido en ca propia. El temple y la ecuanidad ante las provocaciones de los enviados las autoridades, el defender lo justo, pedir los abusos de los carceleros, no claudicar ante las presiones, reclamar lo establecido, no hacer caso de murmuraciones, forman parte del día a día dentro de la prisión para tratar de doblegar la entereza de los opositores al régen. Biscet, al igual que muchos más, ha pasado esta dura prueba.

 

Me alegro su liberación. Es un gran luchador la democracia en su más amplio espectro. Cuba lo necesita para el restableciento de las libertades cívicas y sociales. Aspiro a ver su nombre en el listado de los Nobel del presente año en la categoría de la Paz.

 

Una isla perdida en el mar

JULIO CÉSAR GÁLVEZ

Periodista

Exprisionero de conciencia cubano del Grupo de los 75

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