‘Tuve que huir de mi país por amenazas de muerte’

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DÉBORA RAMÍREZ Seón Kossi aún se emociona al recordar cómo tuvo que abandonar su país, Togo, debido a las amenazas de muerte que recibió querer destapar la verdad en torno a la muerte del director de su periódico. Kossi es consciente de que la situación para la prensa y en general para las libertades en África es complicada, pero se muestra optista y está seguro de que el cambio llegará y ningún país podrá quedar al margen.

 

¿Cómo describirías el avance de África hacia la democracia?

Se trata de una evolución lenta que le está costando al continente más de lo que aginábamos hace 20 años. Lo peor es que practicamos una democracia sin verdaderos fundamentos democráticos. En las ‘democracias africanas’, no hay distinción entre el ejecutivo, el  legislativo y el judicial. Nuestra democracia se lita a la organización de elecciones presidenciales y parlamentarias de cara a la comunidad internacional. No ta si luego traen más problemas que soluciones.  Aunque hay excepciones y muy destacables tales como Gana, Malí, o África del Sur. Pero la consideración global nos obliga a reconocer que queda todavía mucho camino para hacer.

 

¿Están propiciando este avance los medios de comunicación independientes?

Yo creo que los medios de comunicación independientes merecen un agradeciento particular en la lucha un futuro mejor de África. La prensa independiente es joven y sin medios suficientes para su funcionamiento. Además tiene que pelearse una parte con los medios nacionales , conquistados los gobiernos y con más medios técnicos y financieros, y otra con otros medios favorables al poder y financiados él. Los periodistas independientes son verdaderos héroes que luchan la democracia.



El periodismo en África ¿es una profesión de alto riesgo? 

Para mí la profesión sigue siendo de alto riesgo, sin duda, que en el fondo todo sigue igual que hace 30 o 20 años. Hay que echar una mirada, ejemplo, al informe anual 2010 de RSF para darse cuenta de lo que ocurre allí. Si un periodista puede morir su opinión, o splemente ser periodista, pues no veo, en África, ninguna otra profesión que pueda sobrepasar en peligro al periodismo.

 

¿Cuáles son las medidas más utilizadas para reprir la prensa?

Violencia física, prisión, tortura, censura y multas. Todo esto sirve para acabar con la prensa en África. Sólo cambia el grado de aplicación de un país a otro, hasta tal punto que algunos Estados incluso llegan al asesinato de periodistas.

 

Eritrea, Zbabwe, Sudan y Angola son probablemente los países donde es más complicado ser periodista ¿Cómo es la labor de los profesionales independientes en este país? ¿A qué se enfrentan?

Debemos felicitar a los compañeros de estos países donde la libertad de expresión, de opinión, y supuesto la libertad de prensa todavía son pura ilusión, un sueño inalcanzable. Entre la censura, la cárcel, las amenazas y a veces, desgraciadamente la muerte, el ejercicio de la profesión en semejantes países no es nada. Si nos fijamos en países como Eritrea con 29 periodistas encarcelados o en Somalia con 3 compañeros asesinados sólo en 2010, no creo que exagere si digo que nuestra profesión es el sacrificio supremo de uno mismo. Hay que ser muy valiente para dedicarse al periodismo en algunos puntos de África.

 

La violencia y las detenciones a periodistas son prácticas habituales en países  como Ruanda, Nigeria, Camerún, Togo, Congo, Uganda. ¿Cómo se vive el periodismo en estos lugares? ¿La información llega a la población? ¿Cuál es el medio más utilizado?

Sean las que sean las dificultades con las que nos enfrentamos, tratamos siempre de dar lo máxo de nosotros mismos para que lo esencial de la información llegue a la población. En muchos países africanos más que una profesión, el periodismo sigue siendo una pasión, un compromiso con la buena causa hasta tal punto que a menudo, no nos tan los riegos que siempre existen.

 

En cuanto al medio más utilizado, la gente tiene preferencia lo audiovisual, teniendo en cuenta de que hablamos de una sociedad en la que la educación aún no ha llegado a una parte considerable de los ciudadanos. La radio y la televisión, que incluso dan informaciones en los dialectos, tienen preferencia sobre la prensa escrita e Intet.

 

África del Sur, Níger, Malí y Tanzania,  avanzan poco a poco hacia la libertad de prensa. Benin, Capoverde y Namibia son países respetuosos con la prensa ¿Crees que pueden contagiar al resto del continente?

Yo pienso que es inevitable. Quiero aprovechar la ocasión para felicitar estos países que hacen honor al continente. Sólo hay que fijarse en lo que está pasando ahora mismo en el mundo árabe. Hace poco, ¿quién hubiera creído que era posible? Es un ejemplo muy llamativo. La democracia española también es un ejemplo. Es más bien joven que muchas otras democracias europeas. Pero sin lugar a dudas, tiene algo que ver con las mismas. España no podía seguir más al margen de la realidad de Europa occidental de aquel tiempo.

 

Yo creo que lo mismo pasará en África con el adveniento de las libertades y de la democracia. Cuando llegue el momento, ningún país podrá escapar de la cita del cambio. Sólo es una cuestión de tiempo.

 

Tú sufriste la censura y la represión en tu propia piel ¿Cómo fue tu experiencia?

Fue duro, muy duro de sotar. Es algo que te llega como un golpe inesperado y que te destroza totalmente. Tuve que huir de mi país en 2008, después de recibir numerosas amenazas de muerte tras la publicación de dos artículos sobre la muerte de Kokouvi Atsutsè Agbobli, director de la revista Afric’Hebdo (la revista donde trabajaba como redactor) y presidente de MODENA, partido político de la oposición togolesa. El prer artículo cuestionaba la credibilidad de la versión precipitada y sin ninguna investigación de las autoridades del país que mantenían que Atsutsè Agbobli se había suicidado ahogándose, cuando las dos autopsias posteriores llegaron, cada una, a conclusiones distintas. Mi segundo artículo solicitaba una investigación internacional para determinar las causas reales de la muerte de mi director.

 

Lo que sucedió, lo que viví desde entonces hasta mi huida, prefiero no recordarlo. Afortunadamente, conseguí llegar a España donde se me concedió el estatuto de asilo. Quiero aprovechar la ocasión para agradecerle a este país, la tante asistencia que me dio.

 

¿Llegaste a temer tu vida?

Muchíso. Cuando recibes SMS o llamadas anónas que te dicen ‘Piensa en tu vida y a las de tu familia en vez de meterte  en los asuntos que no son tuyos‘ o ‘Cuidado, te estamos vigilando‘, etc. ¿te aginas lo que puedes sentir? Caes en una inquietud enorme. Te sientes totalmente deprido. La verdad es que no creo que haya pasado todo. Todavía llevo dentro de mí un cierto temor.

 

¿Cómo te sientes al tener que haber dejado tu tierra ejercer tu libertad?

Frustrado, desesperado e indignado. No me parece ni justo, ni normal. Es escandaloso y para mí es incomprensible. Yo creo que es la cosa más desgraciada que le puede pasar a un ciudadano.

 

Seguiremos informando…

 

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