Bueno, pues ya no hay huelga, entre la Jueza y Lissavetzsky han desactivado el furor empresarial de Florentino y sus macabeos, que repliegan sus fuerzas hacia las trincheras, a la espera de una nueva otunidad para hincarle el diente a lo queda del futbol televisado sin pago visión, saludable entreteniento de jubilados y parados que se merecen, al menos, ese detalle social. Doña PP, iniciales de Su Señoría Doña Purificación Pujol ha decidido que los que pedían medidas cautelares tenían razón al solicitarlas y que la Liga no se para. que asi lo quieren sus criterios, muy bien expuestos en fallo judicial. En fin, que a falta de la esperada bronca futbolera, este fin de semana, nos tendremos que conformar con la tambien notable pelotera politica, que se ha montado al anunciarnos Doña Carmen Chacon via La Vanguardia que ella se va a las prarias, a poco que su protector y presidente Jose Luis Rodrigez Zapatero nos diga que no vuelve a presentar a unas elecciones generales. En contra de lo que ella piensa y también muchos socialistas españoles, el PSC no está detrás de la operación, la sencilla razón de la Señora Ministra de Defensa, militante, eso si, de los socialistas catalanes, gracias a los cuales ha hecho carrera en la capital, no le perdonan su desden a ocupar la prera secretaria que dejará vacante Montilla y sobre todo, a no querer liderar la oposición en Catalunya al gobierno de Artur Mas. “Nadie es prescindible”, nos han llegado a decir, pero lo cierto es que la fabula de la zorra y las uvas se adivina nítidamente detrás de ésta y otras afirmaciones. Lo que trasluce es que las bases catalanas le han cogido cierta ojeriza y ya nadie la espera estos pagos, sobre todo, si pierde las prarias. Otra cosa diferente es, que éstas vayan a celebrarse, ya que Rubalcaba no está la labor de enfrentarse a la señora a la que ayudó tanto al llegar a Madrid y la que sentía un especial cariño otoñal. O sea que Doña Carmen puede ser la candidata ausencia de contrincantes, lo cual. Seguramente gustaría mucho al Presidente extremeño o a la Señora Fernández la Vega, pero, seguro, que muy poco a algunos dirigentes de la barcelonesa calle Nicaragua.
Manuel Fernando González
Editor y Director