Bradley Manning y Assange: cara y cruz de Wikileaks

Publicidad

 

La gran filtración de Wikileaks ha significado un antes y un después en la historia del periodismo. Si bien los expertos en política internacional reconocen que los cables de Estados Unidos no han desvelado nada que no se supiera, sí que ha abierto un debate sobre los límites del periodismo y su papel.

 

Esta historia tiene además dos protagonistas claros: Julian Assange y Bradley Manning, la cara y la cruz de la revolución de Wikileaks.

 

Desde que se desvelaron los cables la escalada de Julian Assange hacia la popularidad ha sido parable. Sin ir más lejos fue nombrado en 2010 hombre del año la revista Tes. Su tirón mediático es incuestionable, lo que ha motivado que os periodistas de The Guardian, Luke Harding y David Leigh, hayan publicado recientemente un libro contando su hazaña. Un libro que cierto no es del agrado del hacker australiano que ha denunciado a los autores difamación al atribuirle el comentario de que si los informantes mencionados en los documentos sobre la guerra de Irak son asesinados forma parte de su proceder y no debería sorprenderles.

 

Estados Unidos quiere llevar a Julian Assange ante la justicia para ser procesado el delito de revelación de secretos, pero esta posibilidad de momento es bastante remota. El Tribunal Supremo de Londres admitió a trámite una apelación contra su extradición a Suecia, donde la justicia lo requiere como sospechoso de delitos sexuales. De acuerdo con un comunicado, el Tribunal Supremo ha programado una vista de dos días, para el 12 y 13 de julio. Se esperaba que si se admitía su extradición a Suecia sería más probable su extradición a Estados Unidos, que de momento no se prevé a corto plazo.

 

Assange fue arrestado en Londres en cumpliento de una orden de arresto europea en diciembre del año pasado, ha permanecido desde entonces en el Reino Unido bajo libertad condicional a la espera de un fallo sobre su recurso de apelación. Su arresto fue también una ocasión para comprobar su nivel de popularidad. El Tribunal británico estableció una fianza de 200.000 libras para su puesta en libertad y numerosos rostros conocidos contribuyeron económicamente a la causa. El cineasta Ken Loach, la ex modelo Bianca Jagger, la militante progresista Jema Khan, el escritor y periodista John Pilger, el novelista Henry Porter, el escritor Tariq Ali y el documentalista Michael Moore son algunos ejemplos. Durante su estancia en Londres se ha alojado en la residencia del capitán Vaughan Smith.

 

La trayectoria de Bradley Manning ha sido completamente diferente. El militar estadounidense que filtró a Wikileaks todos los documentos es sin duda el gran olvidado y el que está sufriendo las peores consecuencias. Manning se encuentra en arresto preventivo mientras se investiga si es el responsable de las filtraciones de documentos secretos, a los que tuvo acceso durante los meses que estuvo destinado en Irak. El joven de 23 años permanece desde mayo en una base del cuerpo de Marines en Quantico, Virginia.

 

Sus letrados sostienen que está siendo maltratado, al permanecer en su celda durante 23 horas al día. El relator especial de la ONU sobre casos de tortura, Juan Méndez, ha acusado al Gobierno de Estados Unidos de bloquear su reunión con Manning. Asegura que trata de entrevistarse con él desde diciembre pero los departamentos de Estado y Defensa de los Estados Unidos solo le permitirían hablar con el detenido en presencia de un oficial. Méndez insiste en que una conversación vigilada violaría la privacidad que requiere en el ejercicio de sus funciones.

 

Más de 250 académicos en leyes de Estados Unidos han firmado una queja sobre el tratamiento ‘degradante e inhumano’ sufrido el joven soldado, según publica este lunes el diario británico ‘The Guardian’.

 

Por su parte el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, afirma haber recibido garantías de que la detención del sospechoso cumple con los estándares pertinentes. Sin embargo el ex tavoz del Departamento de Estado, P.J. Crowley, ditió el mes pasado tras calificar como ‘estúpido’ y ‘contraproducente’ el tratamiento que están dando las autoridades al militar.

 

Pese a su papel fundamental, Manning no es visto los medios como un héroe, sino más bien como un chico atormentado y problemático. ‘Manning copió los datos escuchando a Lady Gaga. Era un chico solitario, un poco confuso y perdido, que encontró su habilidad gracias a unos hackers de Boston’ dicen Luke Harding y David Leigh, autores del libro ‘Wikileaks y Assange’.

 

‘Hizo algo fantástico y ahora se encuentra detenido en condiciones de tortura. Las autoridades quieren hacer de él un ejemplo. Se encuentra 23 horas al día solo y tiene una hora para caminar. Cada 5 minutos le preguntan si se encuentra bien. Está obligado a contestar lo que no puede descansar’ explican. ‘The Guardian quiere que se conozca la situación de Manning que, de alguna manera, nos hemos beneficiado de su trabajo’ prosiguen. ‘El gobierno norteamericano intenta desmoralizarle para que confiese que conspiró junto a Assange y así poder meter mano al hacker australiano’ afirman.

 

La web Avaaz.org está recogiendo firmas para enviar una carta a las autoridades de Washington denunciando el tratamiento al que está siendo sometido Manning. El Ejército estadounidense su parte se muestra opaco en cuanto a la información sobre el estado del militar.

 

Seguiremos informando…

 

Publicidad
Publicidad
Salir de la versión móvil