El Congreso de la Quinta Edad

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Desconozco quien fue el autor o donde surgió el concepto de la tercera edad de la que tanto hablan médicos, especialistas y científicos. No comparto el críterio de enmarcar al ser humano en grupos de edades. Pero respetando a los hombres de ciencias podemos estar seguros de que en Cuba acaba de concluir el Prer Congreso de la Qunta Edad. Quizá en el Palacio de las Convenciones la suma de los años de quienes se encontraban allí reunidos alcanzaba para cuadruplicar los años de nacido de Matusalen.

 

Ningún nuevo pronunciamiento salió de los cuatro días de reuniones, reuniones y más reuniones, que solo sirvieron para ratificar, una vez más la inamovilidad del régen que desgobierna a Cuba desde hace más de 50 años. Recordemos que el Prer Congreso del Partido Comunista de Cuba el único que existe y permitido legalmente en la Isla se celebró en 1975, diez años después de haberse fundado el Partido Comunista de Cuba. Treinticinco años después, dicho en buen cubano “el cuartico está igualito”. Por ninguna parte se ven a las nuevas generaciones o el tan cacareado relevo que asuma los destinos de la nación cubana.

 

En el recién electo Buró Político del Comité Central se ven las mismas caras del anterior Congreso del Partido, celebradro en 1997, ya distante catorce años. Solo Murillo, quien fuera ministro de Economía hasta pocos meses atrás, es la única figura nueva entre tantas personas que ya van camino del más allá. No olvidemos que según el Centro Nacional de Estadísticas de Cuba, la población cubana es la más envejecida de Centroamérica y el Caribe, y para el año 2015 la mayoría de la población rebasará los 60 años de edad.

 

Las llamadas aperturas económicas no son más que un intento de maquillar con dos chapas de colorete en cada mejilla a una anciana de 99 años al borde de la fosa. El régen necesita urgentemente dinero para paliar los complejos y difíciles problemas ls que atraviesa la economía cubana.

 

Posibilidades tuvo el gobierno cubano de aprovechar el recién finalizado Congreso del Partido para realizar las verdaderas reformas que se necesitan en Cuba. En prer lugar la liberación de los más de 50 presos políticos que aún permanecen en las cárceles cubanas. Derogar las leyes que establecen que el sple hecho de opinar diferente al discurso oficial terminas en el paredón o en la prisión. Permitir la libertad de prensa y opinión. Autorizar el pluripartidismo. Realizar un plesbicito nacional donde la ciudadanía determine el sistema político que desea gobierno en la isla. Convocar a una asamblea constituyente que permita elaborar unba nueva carta magna. Buscar vías para el desarrollo de las amplias potencialidades de empleo, comercio y empresa que tiene el cubano para mejorar el estándar de vida del cubano de a pie.

 

Pero eso es arar en el mar con el socialismo tropical cubano, encerrado en su estéril intransigencia, aunque no es de descartar que se lleve a cabo cuando menos no los aginemos. Nada es eterno bajo el sol. ¿Uno, dos años más de desgobierno comunista en Cuba? Quizá. Lo cierto es que años sobran a montones entre los actuales dirigentes cubanos, apoyados en su prevista visita al cónclave el viejo mayor para dar el visto bueno, apoyado en sus bastones humanos y anunciando ropa detiva de firmas capitalistas. No se podía perder el protagonismo del encuentro. ¿Cuánto tiempo le queda a cada uno? Nada, tiempo al tiempo.  Mientras tanto, todo el poder pasó al segundo más viejo de los Castro.

 

Una isla perdida en el mar

JULIO CÉSAR GÁLVEZ

Periodista

Exprisionero de conciencia cubano del Grupo de los 75

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