La halitosis es un problema muy común, que se caracteriza olor desagradable del aliento y afecta en algún momento de la vida a más de la mitad de la población adulta. Aproxadamente un 39% de los mayores de 60 años la han padecido alguna vez. En el 90% de los casos tiene su causa en la boca y no en el estómago, de ahí que sea tante conocerlo para corregirlo. Para empezar es fundamental mantener una correcta higiene bucodental.
La falta de información y la barrera psicológica de vergüenza y pudor que suele existir en las personas que padecen este proceso convierten a la halitosis en una de las afecciones bucales que más alteran la vida diaria, profesional, social y afectiva de las personas afectadas.
Diferentes tipos no patológicos: Aliento matutino: durante el sueño el flujo salival disminuye y facilita el creciento incontrolado de bacterias que producen gases malolientes. Edad: A medida que van pasando los años la calidad del aliento va cambiando. En los ancianos se torna más intenso y desagradable. Saliva: La xerostomía o boca seca, producida ciertas medicaciones, largas conversaciones o respiración nasal, también genera mal aliento. Tabaco: Crea un aliento muy característico y desagradable, que a veces enmascara otro tipo de halitosis. Ayuno: Saltarse algunas comidas o estar sometido a dietas de adelgazamiento es un riesgo de halitosis. Ciertos productos que se ingieren: cebolla, ajo, alcohol…
Diferentes tipos patológicos. Higiene oral deficiente y problemas bucodentales. Faringitis y amigdalitis. Ciertos problemas nasales. Enfermedades digestivas y algunas patologías respiratorias. Ciertos procesos sistémicos o generales (diabetes, insuficiencia renal…).
El tratamiento debe hacerse según la causa. Es tante empezar una exhaustiva higiene bucodental, según el consejo del médico. Los niños también pueden sufrir halitosis, lo que es conveniente consultarlo con el pediatra y/o el odontólogo. Hay pastas dentífricas especiales que ayudar a corregir mejor y antes este proceso.