Información cercana, principal demanda de los pacientes de cáncer de tiroides

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La Asociación Iberoamericana contra el Cáncer de Tiroides (AICCAT) se ha refundado como Asociación Española de Cáncer de Tiroides (AECAT) para acercarse a los pacientes de esta enfermedad que reclaman información más cercana y práctica. En este proceso de aumento de la visibilidad para los pacientes españoles, también han tomado otras medidas como la creación de un sitio web, con la colaboración de Genzyme, que pretende convertirse en un tal cercano a los pacientes y que aumente la visibilidad social del cáncer.

 

La presidenta del AECAT, Cristina Chamorro subraya el papel del sitio ya que  “no existe ningún tal español que ofrezca a los afectados una información unificada y multidisciplinar sobre la patología”.

 

 Por otro lado, con el objetivo de contribuir a la generalización de los mejores tratamientos y prácticas posibles, la AECAT quiere apoyar el esfuerzo de los grupos de trabajo sobre la patología con que cuentan las distintas sociedades científicas plicadas en su abordaje (Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición, Sociedad Española de Medicina Nuclear e Imagen Molecular, Sociedad Española de Oncología Médica, Asociación Española de Cirugía, Sociedad Española de Bioquímica Clínica y Patología Molecular, etc.) y hacer un esfuerzo de coordinación para dar visibilidad a todo el trabajo que se está realizando. “Queremos que la asociación sea un lugar de encuentro entre los distintos profesionales que abordan el cáncer de tiroides”. En este contexto, “es tante acercar las investigaciones y estudios en marcha a nuestros asociados y al público general mediante el uso de un lenguaje entendible para ellos”, señala. Una de las demandas que hace la AECAT a la Administración pública tiene que ver con la necesidad de crear centros de referencia en cáncer de tiroides para el abordaje de la enfermedad parte de equipos médicos multidisciplinares.

 

Las dudas que presentan los pacientes con cáncer de tiroides dependen mucho de la fase en la que se encuentren. Así, una vez les es diagnosticada la enfermedad “han de ser capaces de integrarla en su vida diaria, más aún si se tiene en cuenta que se trata de un proceso largo y tedioso”, explica la presidenta de la AECAT. Por su parte, “el momento de la cirugía genera mucha ansiedad en tanto en cuanto servirá para conocer la extensión real de la enfermedad, y el tratamiento con yodo radiactivo posterior despierta mucha inseguridad todo el trastorno que conlleva”, añade. Por todo esto, “queremos que la experiencia de quienes lo hemos padecido sirva a otros”, concluye.

 

El cáncer diferenciado de tiroides es el cáncer endocrinológico más frecuente y, sin embargo, es raro en comparación con otros tipos de cánceres. En general, la edad media del diagnóstico se sitúa entre los 40 y los 53 años, siendo especialmente frecuente entre las mujeres de raza blanca. Su prevalencia es baja, aunque va en aumento. Aunque el diagnóstico de cáncer suele ser aterrador, el pronóstico para los pacientes afectados de éste suele ser bueno, dado que la mayoría se cura tras cirugía (para extirpar la glándula tiroides) seguida de la ablación del tejido tiroideo residual con yodo radioactivo (para destruir los restos del tejido tiroideo). Además, en la actualidad es posible evitar las situaciones de hipotiroidismo.

 

El signo principal del cáncer de tiroides es la aparición de un bulto (nódulo) en la glándula tiroides, puesto que no se presentan síntomas en la mayoría de los casos. En cambio, éste suele descubrirse durante algún examen físico rutinario. Algunos pacientes con cáncer de tiroides se pueden quejar de dolor en el cuello, la mandíbula o el oído. La ecografía y la citología Punción Aspirativa con Aguja Fina (PAAF) son las dos pruebas que suelen confirmar la enfermedad. Previamente al tratamiento con yodo radiactivo hay que conseguir niveles elevados de la hormona estulante del tiroides (TSH), lo que puede hacerse de dos maneras: o se le deja al paciente en situación de hipotiroidismo, con las tantes consecuencias negativas que eso conlleva, o se le administra un medicamento que evita el hipotiroidismo, que consigue el mismo efecto sin tanto desgaste personal.

 

Desde la AECAT también se advierte de la tancia de no descuidar las revisiones posteriores al tratamiento dado que, en muchos casos, este tipo de tumor puede reaparecer al cabo de varios años y es tante detectarlo en sus inicios.

 

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Información cercana, principal demanda de los pacientes de cáncer de tiroides

 

 

La Asociación Iberoamericana contra el Cáncer de Tiroides (AICCAT) se ha refundado como Asociación Española de Cáncer de Tiroides (AECAT) para acercarse a los pacientes de esta enfermedad que reclaman información más cercana y práctica. En este proceso de aumento de la visibilidad para los pacientes españoles, también han tomado otras medidas como la creación de un sitio web, con la colaboración de Genzyme, que pretende convertirse en un tal cercano a los pacientes y que aumente la visibilidad social del cáncer.

 

 

La presidenta del AECAT, Cristina Chamorro subraya el papel del sitio ya que  “no existe ningún tal español que ofrezca a los afectados una información unificada y multidisciplinar sobre la patología”.

 

 

 

Por otro lado, con el objetivo de contribuir a la generalización de los mejores tratamientos y prácticas posibles, la AECAT quiere apoyar el esfuerzo de los grupos de trabajo sobre la patología con que cuentan las distintas sociedades científicas plicadas en su abordaje (Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición, Sociedad Española de Medicina Nuclear e Imagen Molecular, Sociedad Española de Oncología Médica, Asociación Española de Cirugía, Sociedad Española de Bioquímica Clínica y Patología Molecular, etc.) y hacer un esfuerzo de coordinación para dar visibilidad a todo el trabajo que se está realizando. “Queremos que la asociación sea un lugar de encuentro entre los distintos profesionales que abordan el cáncer de tiroides”. En este contexto, “es tante acercar las investigaciones y estudios en marcha a nuestros asociados y al público general mediante el uso de un lenguaje entendible para ellos”, señala. Una de las demandas que hace la AECAT a la Administración pública tiene que ver con la necesidad de crear centros de referencia en cáncer de tiroides para el abordaje de la enfermedad parte de equipos médicos multidisciplinares.

 

Las dudas que presentan los pacientes con cáncer de tiroides dependen mucho de la fase en la que se encuentren. Así, una vez les es diagnosticada la enfermedad “han de ser capaces de integrarla en su vida diaria, más aún si se tiene en cuenta que se trata de un proceso largo y tedioso”, explica la presidenta de la AECAT. Por su parte, “el momento de la cirugía genera mucha ansiedad en tanto en cuanto servirá para conocer la extensión real de la enfermedad, y el tratamiento con yodo radiactivo posterior despierta mucha inseguridad todo el trastorno que conlleva”, añade. Por todo esto, “queremos que la experiencia de quienes lo hemos padecido sirva a otros”, concluye.

 

El cáncer diferenciado de tiroides es el cáncer endocrinológico más frecuente y, sin embargo, es raro en comparación con otros tipos de cánceres. En general, la edad media del diagnóstico se sitúa entre los 40 y los 53 años, siendo especialmente frecuente entre las mujeres de raza blanca. Su prevalencia es baja, aunque va en aumento. Aunque el diagnóstico de cáncer suele ser aterrador, el pronóstico para los pacientes afectados de éste suele ser bueno, dado que la mayoría se cura tras cirugía (para extirpar la glándula tiroides) seguida de la ablación del tejido tiroideo residual con yodo radioactivo (para destruir los restos del tejido tiroideo). Además, en la actualidad es posible evitar las situaciones de hipotiroidismo.

 

El signo principal del cáncer de tiroides es la aparición de un bulto (nódulo) en la glándula tiroides, puesto que no se presentan síntomas en la mayoría de los casos. En cambio, éste suele descubrirse durante algún examen físico rutinario. Algunos pacientes con cáncer de tiroides se pueden quejar de dolor en el cuello, la mandíbula o el oído. La ecografía y la citología Punción Aspirativa con Aguja Fina (PAAF) son las dos pruebas que suelen confirmar la enfermedad. Previamente al tratamiento con yodo radiactivo hay que conseguir niveles elevados de la hormona estulante del tiroides (TSH), lo que puede hacerse de dos maneras: o se le deja al paciente en situación de hipotiroidismo, con las tantes consecuencias negativas que eso conlleva, o se le administra un medicamento que evita el hipotiroidismo, que consigue el mismo efecto sin tanto desgaste personal.

 

Desde la AECAT también se advierte de la tancia de no descuidar las revisiones posteriores al tratamiento dado que, en muchos casos, este tipo de tumor puede reaparecer al cabo de varios años y es tante detectarlo en sus inicios.

 

 

Información cercana, principal demanda de los pacientes de cáncer de tiroides

 

 

La Asociación Iberoamericana contra el Cáncer de Tiroides (AICCAT) se ha refundado como Asociación Española de Cáncer de Tiroides (AECAT) para acercarse a los pacientes de esta enfermedad que reclaman información más cercana y práctica. En este proceso de aumento de la visibilidad para los pacientes españoles, también han tomado otras medidas como la creación de un sitio web, con la colaboración de Genzyme, que pretende convertirse en un tal cercano a los pacientes y que aumente la visibilidad social del cáncer.

 

 

La presidenta del AECAT, Cristina Chamorro subraya el papel del sitio ya que  “no existe ningún tal español que ofrezca a los afectados una información unificada y multidisciplinar sobre la patología”.

 

 

 

Por otro lado, con el objetivo de contribuir a la generalización de los mejores tratamientos y prácticas posibles, la AECAT quiere apoyar el esfuerzo de los grupos de trabajo sobre la patología con que cuentan las distintas sociedades científicas plicadas en su abordaje (Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición, Sociedad Española de Medicina Nuclear e Imagen Molecular, Sociedad Española de Oncología Médica, Asociación Española de Cirugía, Sociedad Española de Bioquímica Clínica y Patología Molecular, etc.) y hacer un esfuerzo de coordinación para dar visibilidad a todo el trabajo que se está realizando. “Queremos que la asociación sea un lugar de encuentro entre los distintos profesionales que abordan el cáncer de tiroides”. En este contexto, “es tante acercar las investigaciones y estudios en marcha a nuestros asociados y al público general mediante el uso de un lenguaje entendible para ellos”, señala. Una de las demandas que hace la AECAT a la Administración pública tiene que ver con la necesidad de crear centros de referencia en cáncer de tiroides para el abordaje de la enfermedad parte de equipos médicos multidisciplinares.

 

Las dudas que presentan los pacientes con cáncer de tiroides dependen mucho de la fase en la que se encuentren. Así, una vez les es diagnosticada la enfermedad “han de ser capaces de integrarla en su vida diaria, más aún si se tiene en cuenta que se trata de un proceso largo y tedioso”, explica la presidenta de la AECAT. Por su parte, “el momento de la cirugía genera mucha ansiedad en tanto en cuanto servirá para conocer la extensión real de la enfermedad, y el tratamiento con yodo radiactivo posterior despierta mucha inseguridad todo el trastorno que conlleva”, añade. Por todo esto, “queremos que la experiencia de quienes lo hemos padecido sirva a otros”, concluye.

 

El cáncer diferenciado de tiroides es el cáncer endocrinológico más frecuente y, sin embargo, es raro en comparación con otros tipos de cánceres. En general, la edad media del diagnóstico se sitúa entre los 40 y los 53 años, siendo especialmente frecuente entre las mujeres de raza blanca. Su prevalencia es baja, aunque va en aumento. Aunque el diagnóstico de cáncer suele ser aterrador, el pronóstico para los pacientes afectados de éste suele ser bueno, dado que la mayoría se cura tras cirugía (para extirpar la glándula tiroides) seguida de la ablación del tejido tiroideo residual con yodo radioactivo (para destruir los restos del tejido tiroideo). Además, en la actualidad es posible evitar las situaciones de hipotiroidismo.

 

El signo principal del cáncer de tiroides es la aparición de un bulto (nódulo) en la glándula tiroides, puesto que no se presentan síntomas en la mayoría de los casos. En cambio, éste suele descubrirse durante algún examen físico rutinario. Algunos pacientes con cáncer de tiroides se pueden quejar de dolor en el cuello, la mandíbula o el oído. La ecografía y la citología Punción Aspirativa con Aguja Fina (PAAF) son las dos pruebas que suelen confirmar la enfermedad. Previamente al tratamiento con yodo radiactivo hay que conseguir niveles elevados de la hormona estulante del tiroides (TSH), lo que puede hacerse de dos maneras: o se le deja al paciente en situación de hipotiroidismo, con las tantes consecuencias negativas que eso conlleva, o se le administra un medicamento que evita el hipotiroidismo, que consigue el mismo efecto sin tanto desgaste personal.

 

Desde la AECAT también se advierte de la tancia de no descuidar las revisiones posteriores al tratamiento dado que, en muchos casos, este tipo de tumor puede reaparecer al cabo de varios años y es tante detectarlo en sus inicios.

 

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