Dicho y hecho, la calle llena de color y las nuevas y ‘esplendorosas’ oficinas de Inforpress también. La inauguración de la nueva sede de la agencia comenzaba en la tarde de ayer cuando el sol, tímidamente, iba perdiendo su fuerza en el número 99 de la calle Arturo Soria. Luces de neón e polutos cristales daban la bienvenida a los asistentes, pocos de los habituales del Sector, y menos numerosos de lo esperado en general. Quizás la llegada de la jornada intensiva a muchas de las empresas y el espléndido día que hizo en la capital retuvieron a muchos de ellos en las concurridas terrazas.
Éramos un reducido grupo de periodistas sanitarios pero fuos los preros en realizar el particular ‘tour’ que tenían preparado las instalaciones. ‘Sanitarios’ vip que hicos una rueda de reconociento de una redacción diáfana, amplia y luminosa, una cocina al puro estilo comedor escolar, un gran salón preparado para una cena, que finalmente se trasladó a modo de ‘pinchoteo’ en el piso inferior, y diversas salas equipadas con múltiples detalles completaban la visita guiada el piso superior.
En el hall las conversaciones ‘rey’ eran las cotidianas, alejadas de lo profesional y más cercanas a los planes veraniegos, algo de agradecer tras una dura jornada laboral. Un ambiente tranquilo que hacía preveer que la fiesta todo lo alto que se había preparado no iba a alargase hasta altas horas. Todo indicaba que las copas y los bailes no serían en la ‘minidiscoteca habilitada, sino en algún bar de la noche madrileña.
Tras amigables, calurosas y dulces despedidas, las gominolas triunfaron más que los postres, el detalle de agradeciento seguro que logró iluminar la ‘bombilla’ de los asistentes sobre su menú para el día siguiente: caldo de fideos de Gallina Blanca y saludables nueces de California. ¡Bon apetit!
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