La elección de José Blanco como tavoz del Gobierno, significa dos cosas: Una, que Zapatero sigue sin fiarse de Ramón Jáuregui, que fue sacado de su ostracismo europeo el candidato Rubalcaba .Y dos, que al Ministro de Fomento le faltaba este “detalle final” del amigo. al que ha apoyado desde que decidió ser secretario general del PSOE y nadie daba un duro él. Es una manera elegante de quedar bien con los zapateristas de pedigrí y más, con el hombre que quiere ser en la próxa legislatura Presidente de la Xunta de Galicia, candidatura para la que necesita promocionar su agen. Que Elena Salgado se quede al mando el Consejo de Ministros cuando viaje el Jefe del Ejecutivo, estaba cantado, como era también, bastante previsible, que Antonio Camacho “siguiera” gestionando Interior, como venia haciendo hasta hora en la sombra, dadas las múltiples ocupaciones de su Jefe. Será, como si Rubalcaba no se hubiera ido a ninguna parte y todo siguiera igual. ¿Cuánto tiempo queda para que haya elecciones y lo tanto, para que los nuevos cargos puedan presumir de haber dejado su pronta política?. Pues nadie lo sabe y menos los que ahora les toca apechugar esta últa etapa que promete ser, los menos, mediáticamente muy ruidosa.
Manuel Fernando González
Editor y Director
