Y no ha sido su ‘competidor’ Mashable, quien ha dado a conocer la noticia, el malestar que ciertos rumores acerca del cambio de línea editorial que, presumiblemente, se lleve a cabo a partir de ahora ha hecho que firmas internas como MG Siegler, muy ligado a los inicios de Tech Crunch, hayan aventurado en la propia web el fin de Tech Crunch, o al menos del Tech Crunch que conocemos hasta ahora.
En su post, Siegler apunta al estado de ‘oscuridad’ que la plantilla del tal está sufriendo: ‘Certainly no one at TechCrunch. This site is about to change forever and we’re in the total fucking dark’. El reemplazo de Arrington parece un hecho consumado y
¿Fin de la objetividad de TechCrunch?
Conocido sus enfoques, muchas veces polémicos de los asuntos relacionados con las redes sociales, el g digital y el pacto de las nuevas tecnologías, desde sus inicios Tech Crunch se ha caracterizado mantener un enfoque polémico en muchas de sus informaciones, e incluso mantener varias líneas de opinión dentro del mismo tal, un punto que le ha valido la consideración de segunda opinión en muchos temas y que, según Siegler, AOL estaría a punto de cambiar, tirando la borda la esencia del tal. Una decisión que, desde el punto de vista del personal interno de la compañía comprendería un grave error parte del gigante americano de las telecomunicaciones.
¿Sobrevivirá TechCrunch sin Mike Arrington? Una pregunta que recuerda a las cuestiones que se han cernido sobre Apple tras la nenuncia de Steve Jobs como CEO de la compañía y el consiguiente mando de T Cook. La respuesta, el mismo Siegler apunta, es que probablemente sí, pero sin él no será lo mismo.
Probablemente, tras un año de ‘buenas’ relaciones con AOL, lo más temido el equipo de TechCrunch sea el rumoreado relevo de Arrington un Editor Jefe ‘de la cuerda’ de AOL y el consiguiente pacto sobre la línea editorial del tal. Con una máxa tajante ‘Si no está roto, no lo arregles’ (“if it ain’t broke, don’t fix it”) el equipo de Arrington pone las cartas sobre la mesa a AOL: TechCrunch no será TechCrunch con un cambio en su línea editorial.
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