Público ha perdido uno de los pilares que le han mantenido con vida en los últos cuatro años: el poder político. Su principal valedor, José Luis Rodríguez Zapatero les ha olvidado en medio de las constantes tormentas que azotan al Ejecutivo, mientras que sus sucesores, Rajoy o Rubalcaba, no cuentan con el periódico de Roures.
Pocas veces en la historia de la Democracia, un periódico se había identificando tanto con un Gobierno. Históricamente las cabeceras españolas defienden ideales, ideologías y partidos políticos, pero pocos se identifican con un líder. Esta quizás excesiva unión entre José Luis Rodríguez Zapatero y el diario Público, lo que ha terminado pasarle factura.
El objetivo inicial del Presidente de Gobierno era potenciar un grupo mediático a su medida que le permitiese perpetuar mediáticamente su proyecto para España. No obstante la crisis económica se ha llevado todo delante, Zapatero y Mediapro incluidos. La caída de la publicidad no dio tiempo de consolidar los proyectos de Jaume Roures y el reciente ERE a 39 empleados en Público, ejemplifica mejor que nada la asfixiante situación de un diario que ha acumulado pérdidas de 62 millones de euros en cuatro años.
Público no es rentable y probablemente tampoco lo sea después de consumar los despidos. Paralelamente ha perdido apoyos institucionales claves que se han esfumado con las sucesivas crisis que ha debido de afrontar Zapatero. Su últo salvavidas fue apoyar a Carme Chacón con el objetivo de tener en la carrera presidencial una candidata a su medida, pero perdieron y de paso sembraron la desconfianza en Alfredo Pérez Rubalcaba.
Un Rubalcaba que sabe que tiene perdida la batalla contra la prensa conservadora, mucho más numerosa que los periódicos más progresistas. Pese a ello ha preferido jugar todas sus fichas a El País y al apoyo del Grupo Prisa, dejando en un segundo plano a Público y a Mediapro. Una decisión esperada, pero no ello menos dura. Rubalcaba incluso confía más en algunos medios conservadores, donde cultiva amistadas, que en Público, un diario que ve como una amenaza para su control del propio Partido Socialista. Público representa al PSOE renovado de Zapatero y Chacón, y Rubalcaba confía en el socialismo más tradicional de Felipe González.
Su estrategia es no acosarle, pero sí cortarle todas las vías de acercamiento hacia su campaña. De esta manera, cree en el equipo de Rubalcaba, Público y Mediapro terminarán ahogarse en la crisis financiera que les afecta y que no augura demasiado futuro a la cabecera. Por otro lado, los guiños a El País son evidentes y es quizás aquí donde más se notan las diferencias de ‘trato’ entre los dos diarios en principio ideológicamente silares.
El fin de semana El País publicaba una extensa entrevista con Rubalcaba, en la que el candidato adelantaba las líneas generales de su programa en exclusiva. Este martes, elpais.es también publicaba una polémica campaña publicitaria del candidato con banners y creatividades alusivas a la carrera presidencial de noviembre. Nadie duda que Prisa está con Rubalcaba y que Rubalcaba está con Prisa. Por el contrario, Público quiere ahora estar con Rubalcaba, pero el candidato prefiere callar. Esta es precisamente una de las novedades. Desde hace algunas semanas el diario de Mediapubli hace ‘ofrendas’ a Rubalcaba con algunos titulares favorables, pero de momento nada para tender alguna posible alianza.
¿Y Rajoy? Evidentemente el candidato popular no apoya a Público ni lo haría nunca, pero a diferencia de los medios de Prisa donde se considera que se debe mantener una relación cordial con la cabecera de Roures no hay ningún interés en tender puentes. No debemos olvidar que Público ha sido uno de los diarios que más duramente ha atacado a Rajoy en estos cuatro años, siendo una de las piezas mediáticas claves para que Zapatero ganase las pasadas elecciones presidenciales.
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