¿PUNTO Y FINAL?

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Según parece, las conversaciones que mantienen Vocento y Fedrico Jenez caminan hacia el acuerdo, con la presencia en la antena de Punto Radio o de ABC Radio del turolense sesentón. Ahora va en serio, me dicen, que el comunicador ha enterrado el hacha de guerra con el diario de sus amores, con el que estuvo enfrentado en público y en privado cuando Zarzalejos era el baranda del periódico. Los trabajadores de la cadena que emite Protagonistas, caminan ahora los estudios, estupefactos y sorprendidos, que no entienden que los apasionados requiebros que se envían ambas partes, se hagan a la luz de los focos ya que se temen una auténtica revolución a corto plazo. ¿Y la familia Del Olmo?: Pues, un poco compungida los sucesos habidos con el dueño de Don Balon Rogelio Rangel, el colaborador de Roda Bará que siempre gozó de la confianza  de Don Luis en los temas administrativos y que el día de,  su detención, provocó un autentico escándalo en la sede barcelonesa de Onda Rambla, donde los algunos invitados que estaban en los estudios de la Diagonal, pudieron escuchar claros los gritos del comunicador y las careras de algunos de sus colaboradores cuando se conoció la noticia. Según algunos malignos, la cosa iba, el incierto derrotero de parte de los millones de euros cobrados la venta de los postes catalanes la familia a la editora vasca, que eran administrados, según parece, Rangel, un personaje, que como todos sabemos, fue detenido los mossos “ desviar presuntamente dinero de las empresas con las que mantiene vinculación”. Ahora bien, a esta depresión financiera, Del Olmo Jr. deberá añadir en las próxas semanas, las explicaciones correspondientes a los que autorizaron la venta del negocio familiar a quienes, aquel entonces, arremetían diariamente contra los políticos catalanes y  provocaban la natural desconfianza. Ese placet, se dió, cuando Luisito garantizó que la venta no incluía la presencia en el dial de las emisoras que Pujol regaló a su padre, del comunicador que ahora van a fichar los nuevos propietarios. Como la cosa se movió entre bambalinas, dejó solo la huella en prera persona de los que supos en aquellos momentos del asunto de marras. Poco después, el sorprendente nombramiento de Enric Canals, un viejo rockero de Jordi Pujol, fue la coartada  que usaron los compradores de que los nuevos tiempos editoriales habían llegado al Principat y al que enviaron rapidamente a visitar a las autoridades competentes y a la sociedad civil catalana, para anunciarle la buena nueva, cosa que el ungido  ejecutó con  fervor y entusiasmo, aunque casi nadie le creyó. Y mientras eso pasaba en la Catalunya de mis amores, en la fértil Castilla, se veían aquella época, en sepulcral secreto, el socio castellano de Vocento y los Federicos de mis audiencias, para amagar una “escisión” que debería acabar en fusión de ambos negociados y emisión del programa de EsRadio las antenas  de Ulibarri. Al final, el acuerdo no se consumó y  todos siguieron donde estaban.

 

¿Conclusión?. Pues, una muy sencilla: De todos aquellos polvos que les contamos vienen ahora estos lodos. Sin embargo,  la pregunta del millón no es esa ¿Le gustará el nuevo proyecto radiofónico a aquel que está a punto de convertirse en el nuevo inquilino de la Moncloa?.

 

Manuel Fernando González

Editor y Director

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