El periodismo en México es una profesión de alto riesgo. La violencia dirigida hacia este colectivo hace peligrar la libertad de expresión y como consecuencia la democracia en el país. En el últo mes se han sucedido varios crímenes contra periodistas, lo que aumenta el temor en el gremio y provoca que muchos temas necesarios para la creación de la opinión pública no se traten. Carlos Lauría, coordinador senior del CPJ del programa de las Américas, se muestra preocupado la batalla que se libra en el país el control de la información.
El mes de septiembre está siendo especialmente sangriento para la profesión. A principios de mes las periodistas Marcela Yarce, de la revista de investigación Contralínea, y Rocío González Trápaga, quien trabajó varios años para la cadena Televisa, fueron asesinadas y sus cuerpos fueron hallados en un jardín del sureste de la capital. Ambas se habían mostrado bastante críticas con los casos de corrupción en el país. Más tarde un hombre y una mujer aparecieron colgados de un puente en Nuevo Laredo denunciar a las mafias a través de las redes sociales. El últo caso ha sido el de la periodista María Elizabeth Macías, que fue decapitada denunciar la delincuencia y el cren organizado en la red. Estos crímenes se suman a la larga lista de asesinatos y desapariciones que se registran en México cada año. Desde diciembre de 2006, cuando Felipe Calderón llegó al Gobierno, ya son 30 periodistas los que la engrosan.
‘Los periodistas son amenazados y atacados brutalmente de forma cotidiana. Los medios de prensa son normalmente objeto de atentados explosivos. Hay una nueva tendencia que es el exilio de periodistas o profesionales que abandonan la profesión. La consecuencia más devastadora es el miedo, que produce una censura cada vez mayor. Los periodistas se autoponen silencio, que no tienen garantías para ejercer su trabajo sin represalias. Se está dañando el derecho a la libertad de expresión. Muchos de los temas que afectan al día a día de los mexicanos no están siendo cubiertos, esto pide el debate y daña la calidad del sistema democrático. Está en juego la democracia mexicana’ comenta Carlos Lauría a prnoticias.
La punidad en torno a estos asesinatos es sorprendente y provoca la autocensura en los medios de comunicación. ‘Es necesario que haya castigos ejemplares para los responsables de estos delitos. El Gobierno ha reconocido que esto es una crisis general, pero no vemos resultados. Debe ser prioritario en la agenda de Calderón’ afirma el coordinador del CPJ.
Esta situación genera un vacío informativo en aquellas ciudades en las que el cren organizado se está disputando el territorio. ‘Los grupos de cren organizado ejercen el control y la prensa se autocensura de forma masiva’, observa Lauría.
La población llena este vacío informativo recurriendo a las redes sociales. ‘Algunos funcionarios han dicho que con el uso de las redes sociales se están esparciendo rumores e información falsa, pero también reconocen que el uso de estos medios refleja la situación que se vive en México. La población necesita entender qué es lo que está ocurriendo en sus comunidades. Las redes tienen mucha tancia, pero la estabilidad política pasa la recuperación de la posición de los periodistas’ dice.
Los grupos de cren organizado son conscientes de la tancia de la información para el futuro de sus actividades y han aumentado las represalias no solo contra los periodistas, sino también contra los usuarios de redes sociales. ‘La batalla que se libra en México no solo está en las calles, también es el control de la agenda informativa. El Gobierno tiene que emprender acciones enérgicas, que los narcos no pueden decidir qué es noticia y qué no’ lamenta Carlos Lauría.
La fuerza de las mafias no sólo emana de la utilización de la violencia, también de la corrupción. ‘A los asesinatos, agresiones, desapariciones, etc. hay que sumar la presión que ejercen comprando políticos, jueces, fuerzas de seguridad… y también influencias en el mundo del periodismo’ explica el coordinador.
La solución a esta situación está en manos del Gobierno, que debe tomar ‘medidas enérgicas’ para acabar con esta masacre, que es una lacra para la democracia mexicana. La comunidad internacional su parte debe buscar soluciones para acabar con la punidad. La Unesco acaba de aprobar un plan para garantizar la seguridad de los periodistas, que planea entre otras cosas seguir muy de cerca los casos de ataques a la prensa y denunciarlos. ‘Debe haber un enfoque multilateral de atención a este tema y de solidaridad a la prensa’ opina Lauría.
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