Últamente me entero de las noticias Twitter, con rapidez la red social remueve los tuits como si de una baraja se tratara y algunas destacan vía retuiteo o trending topic. Una de estas noticias era ayer el acuerdo alcanzado el PP y el PSOE, a través de sus respectivos jefes de campaña, para la celebración el día 7 de noviembre del único debate electoral entre sus candidatos a la presidencia del gobierno.
¡Un debate! No sólo parece escaso un único debate entre Rajoy y Rubalcaba sino que el hecho de no incorar más opciones políticas demuestra la concepción de la sociedad española que tienen unos y otros. Nos tratan bipolares cuando en España hay bastante más diversidad electoral que en numerosos países europeos. El otunismo de la medida es una clara concesión al juego electoral sin querer mojarse más de los mínos prescindibles.
El PP se ve ganador y es probable que considere que tiene más que perder que que ganar, el carisma y la locuacidad de Rajoy no son proverbiales, mientras que los socialistas en pleno despeñadero confiarán en las tablas de Rubalcaba para buscar unas piedras a las que agarrarse en su caída electoral.
Pero, ¿y los españoles? Pues que se aguanten y se beban el café con sacarina que el azúcar ya se lo quedan ellos. Que los medios vayan a dar cobertura a un debate así sin protestar y exigir más debates, preguntas abiertas, sea de los ciudadanos o de un panel de periodistas, la participación de opciones minoritarias y la autenticidad en el planteamiento dan muestra de la comatosa situación que atraviesa la prensa española.
Mucho piar sin preguntas no hay cobertura Twitter pero todavía estoy echando en falta un rugido pidiendo mayor transparencia y cercanía al ciudadano. ¿No se han enterado los políticos de qué su desprestigio bate récord tras récord en las encuestas de opinión actitudes como esta? ¿No han percibido el descontento de cientos de miles de españoles se manifiesten o no como indignados?
En Francia ha habido debates televisados entre los 5 candidatos a las prarias del Partido Socialista, aquí ni prarias ni debates plurales, eso deben de ser extravagancias de franceses.
Mucho hablar de regenerar la vida política pero el ejemplo que dan, una vez más, es el de prar sus intereses enca de todo, agachando la cabeza al máxo. Cuando más atención y cambios reclaman los ciudadanos menos se mojan los partidos mayoritarios.
Ojalá que haya algún medio de comunicación que proteste, que pida más debates y que tenga la idea original de preparar un debate con el resto de candidatos, los no convidados de piedra a la cita del 7 de noviembre. Quizá un medio minoritario, aquello de que se les excluye teóricamente representar a un menor número de votantes, en torno a un 20%. Tal vez La 2, va a ser que no, ¿verdad?
¿Les interesa el debate del 7 de noviembre? A me motiva menos que una sesión doble de cine checo experental.