Repaso a los últimos 12 años de Eurovisión: música, espectáculo y polémica asegurados

Publicidad

Eurovisión es música, es espectáculo y es controversia. Hay firmes defensores del festival y quienes piensan que RTVE no debería participar y ahorrarse lo que supone pertenecer a la Unión Europea de Radiodifusión (UER) que total ‘es todo política y España nunca ganará’ y si gana ¿De dónde va a salir el dinero para costearlo el año que viene? Pero lo cierto es que Eurovisión interesa al público, como lo demuestran sus datos de audiencia (el año pasado lo siguieron cerca de 5 millones de personas) y es un aconteciento televisivo en toda regla. En prnoticias analizamos los últos 12 años de Eurovisión.

 

La participación de España en Eurovisión tuvo su momento de mayor declive con la actuación de Lidya en el año 1999. Su colorido vestido, más propio de una actuación circense que de una Gala, y una canción lenta y aburrida otorgaron a España un últo puesto.

 

 

 

En el año 2000 Serafín Zubiri repitió en el festival (ya había participado en 1992, cuando era uno de los cantantes de más éxito en España tras grabar la banda sonora de La Bella y la Bestia). Lo hizo con una balada y sentado al piano. Su actuación, musicalmente correcta, no tenía la chispa y la espectacularidad suficiente para seducir al público europeo.

 

 

 

Un año después David Civera resucitaba el festival en España con un tema con ritmo, con baile, que fue un éxito en las emisoras de radio españolas y que gustó también en Europa. Civera logró un sexto puesto e inició una carrera musical de éxito.

 

 

 

Y llegó el fenómeno de Operación Triunfo. Rosa López, acompañada de otros triunfitos como David Bisbal, Bustamante, Chenoa, Gisela y Geno, logró reunir frente al televisor a 14.380.000 espectadores en la Gala de Eurovisión, consiguiendo un 85,2% de cuota de pantalla. Pese a que en los hogares españoles existía el claro convenciento de que ‘este año sí ganamos Eurovisión’ Rosa de España quedó en un sépto puesto, uno debajo que Civera.

 

 

 

En 2003 se repitió la fórmula para escoger al candidato a través de OT, aunque el concurso había perdido su tirón y el seguiento no fue tan masivo. Beth logró un octavo puesto con De, una canción muy pegadiza que sonó durante ese verano en todas las discotecas españolas. No hubo grandes montajes, ni una coreografía trabajada, pero la estética de la cantante, con sus rastas y un ceñido top metalizado, convenció alos europeos que le dieron el octavo puesto.

 

 

 

Ramón fue el últo triunfito que pasó Eurovisión, ya que participó en la últa edición del concurso que emitió TVE. El ritmo latino volvió al festival con la canción Para llenarme de ti que logró un déco puesto.

 

 

 

Y llegó de nuevo el declive. El grupo Son de Sol, escogido un proceso de votación popular, representó a España con la canción Brujería. La actuación puede resumirse como una mezcla entre coloridas faldas al vuelo y flamencopop, pero del malo. España quedó en el puesto 21. Pero podría haber sido peor, ese año se perfilaban como favoritas Las supremas de Móstoles.

 

 

Un año después el fenómeno de Las Ketchup había dado la vuelta al mundo con la canción Asereje y España decidió aprovechar el tirón y la frescura de este grupo para probar suerte en el festival. Pero tanto la estética (parecían sacadas de un anuncio de compresas vestidas completamente de rojo), como la coreografía (o la ausencia de ella) y como no, la canción (con ese absurdo ‘Un Bloody Mary favor’ que incitaba más bien a pedir un whisky doble favor), hizo que España quedara en un merecido puesto 21.

 

En el año 2007 llegaron al festival los Back Street Boys made in Spain: D’Nash con la canción I love you mi vida, que obtuvo el puesto número 20. Y aquí empezaron las acusaciones contra la cadena pública su supuesta despreocupación la Gala Europea. ‘A TVE le da totalmente igual Eurovisión, no cuenta con el artista, te mandan a Eurovisión como si te tiran a los leones’ se quejaba el grupo.

 

 

Al año siguiente Buenafuente demostró su capacidad de convocatoria en Intet logrando colocar a Rodolfo Chiquilicuatre como representante de España en Eurovisión. La canción del Chiquilicuatre fue todo un fenómeno en nuestro país y que llegara al festival fue una demostración del sentido del humor más cañí, aunque en Europa debieron alucinar. A pesar de todo, se quedó en el puesto 16, mejorando los resultados de años anteriores.

 

Y en el 2009 se masticó la tragedia. Soraya Alas, una de las favoritas de ese año para coronarse como ganadora del festival, quedó en penúlta posición con La noche es para mí. Soraya lo tenía todo: la voz, la estética, la coreografía, el espectáculo, y un tema con ritmo que entremezclaba el inglés y el español para llegar a todo el público. Splemente no se explica.

 

 

En el 2010 Daniel Diges interpretó Algo pequeñito y quedó en el puesto número 15. El cantante, todo un profesional del teatro musical, demostró sus tablas en el escenario sorteando con naturalidad a un espontáneo (Jmy Jump) que se coló en medio de su actuación. Pero ese año el espectáculo se produjo días antes, en la Gala en la que se decidió el candidato final. Intet volvió a jugársela a TVE y Jonh Cobra, un auténtico friki, quedó entre los finalistas. Su famosa frase ‘Comedme la polla’ ante el abucheo del público, y la comedida reacción de Anne Igartiburu forman ya parte de la historia de la televisión.

 

 

Después del fenómeno de John Cobra TVE tomó cartas en el asunto y cambió las reglas colocando a un jurado profesional para hacer la prera criba. Lucía Pérez fue la escogida después el público, pero pasó Eurovisión sin pena ni gloria con la canción Que me quiten lo bailao, con la que quedó antepenúlta.

 

 

Este año España ha apostado Pastora Soler, una profesional con mucha trayectoria en nuestro país que pretende que Eurovisión sea la plataforma para que su música llegue a Europa. Tony Sanchez Ohlsson, un compositor muy reconocido en el festival, ha creado para ella la canción Quédate conmigo, en la que Pastora luce su torrente de voz.

 

 

 

La cantante es una de las favoritas para ganar el festival y ha recibido el apoyo de cantantes de todo el mundo. Desafortunadamente la polémica en torno a si España quiere o no que Pastora gane Eurovisión, teniendo en cuenta los problemas económicos que atraviesan el país y la televisión pública, están distrayendo la atención de lo realmente tante: la música.

 

Seguirmos informando…

 

Publicidad
Publicidad
Salir de la versión móvil