Y lo digo que mucha gente en España, mi España (que todo el mundo sabe lo que la quiero), hoy piensa que contar lo que haces puede perjudicarte, que lo que comunicas lo puede aprovechar tu competencia en tu contra. Y digo yo… ¿y Apple?
Me acuerdo cuando lanzamos junto con ese maravilloso equipo de prensa de Telefónica el iPhone hace ya unos años, cuando junto a Imaginarium cambiamos la opinión de la prensa al contarles lo beneficioso que era para los niños el tener un dispositivo móvil… o cuando llevamos la comunicación digital de varios políticos, que cierto, ganaron…
La comunicación es divertida, da muchas alegrías y te lleva en muchas ocasiones a situaciones de nervios. ¿Qué va a salir?, ¿cómo?, ¿cuál va ser éste o aquel titular?, ¿me va a comprar el periodista este o aquel tema?, ¿cómo defino la estrategia para lanzar este producto, para promocionar a aquel directivo o para afrontar una gran crisis? Ese gusanillo que se le mueve a uno dentro del estomago justo a la hora de que comience una rueda de prensa. ¿Vendrán todos los medios que me han confirmado? Y llega la hora… y no aparecen, y al cabo de 10 minutos vienen todos a la vez y fin respiras tranquilo.
Cuando empecé en esto de la comunicación, hace ya muchos años, las grandes coraciones sólo confiaban en las dos agencias (Americanas, como no) que entonces existían, cierto, donde yo empecé. Por aquel entonces se pagaban cantidades ingentes de dinero campañas anuales y sólo las multinacionales apostaban un sector que entonces era pequeño. Dónde habrá quedado todo aquello…
Ahora hay cientos de agencias, todas buenas en una cosa u otra, todas queriendo avanzar, algunas proponiendo fees desorbitados que acaban hacer que los clientes dejen de confiar en el sector, y otras tirándolos los suelos… unas pocas, las que sobrevivirán, las que mantienen precios razonables y ya no distinguen entre lo online y lo offline, las que se han sumado al carro de lo digital, son las que a mi juicio dan en el clavo, las que tiene una metodología de trabajo, las que se reinventan todos los días en aras de atar al cliente lo mejor e ir delante de el…
Por eso mi proyecto, mi mundo está en la agencia, en el trajín y en la acción, en el cambio de un cliente a otro… en atar lo mejor a lo mejor que tengo, que es mi gente, que sin ellos los que dirigos no somos nadie. Mantengo que la clave de todo proyecto está en la libertad con la que dejas a la gente actuar, la felicidad que reina en el ambiente y, supuesto, el sueldo que puedas ofrecer, lo últo sin lo demás no funciona.
Enrique Pascual GonzálezBabé
Consultor de Comunicación
Seguiremos informando…