Las revistas femeninas de los principales diarios presos se han transformado en un ‘valor refugio’ para los anunciantes en plena crisis de la inversión publicitaria. En lo que va de año son el único producto preso que ha mantenido el tipo con caídas muy debajo de sus periódicos, en el caso de Yo Dona, de sólo el 1%.
SModa (El País), Mujer Hoy (Vocento) y YO Dona (El Mundo) son tres revistas que se venden conjuntamente con las ediciones de fin de semana de sus respectivas cabeceras. Un negocio que se ha masificado con la salida de SModa en septiembre del año pasado y que contra todo pronóstico se ha transformado en una de las pocas buenas noticias para los editores de diarios durante la crisis económica.
Los números reflejan que Yo Dona, la revista de El Mundo, ha reducido su inversión publicitaria sólo en un 1% durante el prer trestre, mientras que el diario dirigido Pedrojota ha perdido un 19,5% en el mismo periodo. En el caso de Mujer Hoy el retroceso hasta marzo ha sido del 9,7%, un dato positivo si se compara con el retroceso del 19% de ABC. SModa nació en septiembre del año pasado lo que todavía no tiene datos de comparación.
El peso de estas cabeceras en sus editoras tampoco es irrelevante. En el caso de Yo Dona facturó publicidad casi un millón de euros en marzo, un alza del 16% respecto de marzo del año pasado. El Mundo facturó en ese mismo mes 5,1 millones de euros. Si hacemos el mismo ejercicio con El País vemos que SModa –la últa en debutar facturó en marzo 710.000 euros, frente a los 6,6 millones que recibió la edición presa de El País durante ese mismo mes.
En cuanto a Mujer Hoy hablamos de 580.000 euros en marzo –un alza del 26% en relación a marzo de 2011 que se compara con los 3,9 millones que facturó ABC. En total podemos ver que cada una de estas revistas representa poco más de un 10% del total de la facturación publicitaria de diario preso.
La explicación a este boom se encuentra en el target al que estas revistas están dirigidos: mujeres de poder adquisitivo superior al de la media, que centran sus intereses en el estilo de vida y en el ocio. Precisamente uno de los únicos sectores que no se ha contraído durante la crisis ha sido el del lujo que gana más dinero incluso que antes del desplome financiero.
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