Fin de semana de locos. Me he pasado los dos días en un seminario intensivo partido Natividad Pérez. Ha sido una experiencia pactante. Me ha abierto los ojos a una realidad que conocía pero a la que no hacía demasiado caso. Ahora tengo más claro cómo dirigirme a mis clientes para venderles mis servicios, y cómo saber cuál es mi cliente “vip”, ese que se va a gastar un montón de dinero para satisfacer su necesidad.
Veinte personas aprendiendo de una maestra que nos ha abierto los ojos al conociento.
Natividad ha logrado cambiar mi foco, ya lo creo que sí. Me ha mostrado cómo hacer patentes mis fortalezas y a disfrutar de ellas. No se trata solo de trabajar para otros cuando me contratan, sino de hacer más fácil la vida a esos otros, que lo que hay que ofrecer es confianza. Al menos en mi sector.
Dos de mis principales actividades se basan en ayudar a los profesionales a hablar en público y ayudar a las empresas sin demasiados recursos económicos a lograr visibilidad y aparecer en los medios, tradicionales y digitales. Es lo que Natividad llama “técnicas de alto pacto y bajo coste”. Y me he dado cuenta de que mi mensaje debe variar algo con respecto al anterior. No puedo plantearme mi actividad como un negocio puro y duro, que lo es, sino como una forma de ayudar a otras personas. Porque, ¿alguien se agina el mal trago que puede pasar un profesional que tiene que partir una ponencia y que sufre de un terrible miedo ante la posibilidad de hacerlo mal? Eso es lo que ofrezco, confianza.
La confianza de ver que con el método adecuado mi cliente va a triunfar. Y esa confianza de él también es la mía, que no me sirve de nada hacer un trabajo y cobrarlo si luego quién me ha pagado queda insatisfecho. Yo no puedo dar una sesión de entrenamiento a ese cliente. Más bien, como dice Natividad, lo que le ofrezco es tranquilidad y felicidad. Porque cómo no le va a hacer feliz hacerlo bien y salir airoso del trance.
El taller al que he asistido durante el fin de semana es uno de los que se parten en Jung&Proyect (www.jungproyect.es). Magnífica iniciativa de éxito gracias al coraje de esta emprendedora que sabe ayudar a otros emprendedores a enfocar su trabajo y a distinguir entre lo útil e inútil. Y ameno, muy ameno. ¡Ah, si mi mujer y mis hijos me hubiesen visto bailando con otros veinte compañeros de curso!
Gracias, Natividad, ayudarnos a salir de nuestra zona de confort, y a ser inconformistas con nuestro proyecto.
@JuanmaRomeroTV