Me equivoqué

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Durante los últos años he logrado grandes éxitos profesionales. He sido la persona más entrevistada en emisoras de radio de España y Latinoamérica en los años 2010 y 2011 (más de mil entrevistas, de una en una); solo el 7 de febrero de este año me entrevistaron veinte emisoras.

 

He publicado en Intet el prer libro bilingüe escrito en castellano y lenguaje SMS. He logrado que LinkedIn, la red profesional más tante del mundo (con 150 millones de usuarios, tres de ellos en España), haya situado mi perfil justo detrás del perfil del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.

 

Es para estar orgulloso, no vanidad sino que se trata de un trabajo aparentemente bien hecho, que ha dado sus resultados. Además, durante los últos años he sido editor en Canal 24 Horas, y lo sigo siendo. Un trabajo que tiene cierta relevancia profesional y también responsabilidad; mucha responsabilidad.

 

En este puesto he logrado aciertos y he cometido errores. Probablemente el error que más repercusión ha tenido fue hace unos meses, a causa de una manifestación atea. Se pedía que se quitasen los privilegios a la Iglesia y no se le diese dinero. Me pareció, como periodista, que debía explicar algo relacionado con la información, para ampliarla. Escribí un texto en el que, además de la información sobre la manifestación, informaba de algunas de las cosas que hace Cáritas, una de las instituciones de la Iglesia: dar de comer a varios millones de españoles que no tienen qué llevarse a la boca o atender a enfermos de SIDA a quienes nadie atiende.

 

Me pareció otuno, pero me equivoqué. Me equivoque en la forma, que esa información se facilitó junto con las ágenes de la manifestación atea, y debería haber estado separada. Totalmente separada. Considero que la información que se facilitó fue correcta, pero no la forma en que se dio. Lo hice mal. Los medios de izquierda me pusieron a caer de un burro, cosa que no me parece ni bien ni mal, que cada uno ejerce su libertad de expresión y de crítica como ve otuno. Pero sí, me equivoque. Y lo mejor es reconocerlo. Seguí trabajando con total normalidad, sin problemas.

 

Pero saber que me equivoqué no es suficiente, hay que reconocerlo. Someterse a la humildad que tanto pregono. No vale eso de pedir humildad a los demás y no para mí. Así que eso he escrito estas líneas. Bueno eso y que lo que estoy haciendo lo voy a rentabilizar.

 

Seguro que alguien piensa “esté tío va a sacar dinero con esto o ventajas profesionales”. Pues no. Lo voy a rentabilizar personalmente, en el ámbito familiar. Me voy a encargar que mis seis hijos lean estas líneas para que vean que no tenemos que tener miedo a reconocer un error que hayamos cometido, tenga las consecuencias que tenga. Creo que, como padre, es el mejor ejemplo que puedo darles.

Lo hago el día que cumplo 51 años.

 

@JuanmaRomeroTV

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