Prisa no puede solventar más la crisis. La actual caída de publicidad mantiene a la empresa en vilo ya que no son capaces de aumentar sus ingresos ni de reducir más sus costes. El problema es que los bancos acreedores siguen exigiendo liquidez y que se reduzca el tamaño de la compañía, un compromiso que Cebrián no podrá eludir a partir de septiembre.
Prisa perdió 62 millones de euros durante el prer semestre, su acción cotiza a menos de 40 céntos en el mercado bursátil y en estos momentos negocia con Mediapro con la posibilidad de no poder rentabilizar sus derechos del fútbol. Un panorama nada alentador en medio de una crisis económica que ha sido especialmente dura con los medios de comunicación y que a Prisa ha pillado en su momento de mayor endeudamiento histórico.
Precisamente este endeudamiento de 3.500 millones de euros es lo que más preocupa en los cuarteles de Gran Vía 32. No hay liquidez y los bancos acreedores –ahora en el capital de Prisa exigen cambios, enajenación de activos y reducción de la compañía. No es una petición nueva, pero que hasta ahora ha sido desoída Cebrián argumentando que no puede ‘regalar ni malvender sus activos’.
No obstante, ahora si que se hace urgente comenzar a vender compañías, ante el acoso de los mercados, de los bancos y de la propia estructura orgánica de la compañía que no puede seguir solventando grandes empresas con costes posibles de rebajar y con ingresos que probablemente nunca vuelvan a estar a la altura de las necesidades.
En este contexto la frase de Juan Luis Cebrián durante la últa Junta de Accionistas anunciando la venta de activos no estratégicos, es una verdadera declaración de intenciones que en la práctica pone todo Prisa en venta: la Cadena Ser, Digital Plus, Santillana y todo lo que sea necesario. Se esperan en otoño ERES en revistas y en Cinco Días y duros ajustes para El País, estrategias que sin embargo no serán suficientes y que exigen nuevas ventas.
Hace unos días saltó en Colombia la noticia de que Caracol Radio estaba en venta, lo que da pistas respecto de la posible enajenación de activos en Latinoamérica, un mercado rentable pero que cuesta mucho dinero mantener su elevada estructura. Otro punto que juega a favor de favor de la venta de activos es el nuevo estatus de Juan Luis Cebrián al interior de Prisa: el nuevo presidente ha logrado apartar totalmente a los Polanco de la gestión, lo que le da manos libres para trocear la compañía, un viejo deseo de Liberty –sus accionistas de referencia y una exigencia de los bancos.
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