Celebración del Workshop ‘Preguntas frecuentes en obesidad: ¿Hay nuevas respuestas?

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Los expertos abogan nuevos enfoques para combatir la obesidad, dando peso a la tancia de la actividad física. Estas afirmaciones se han producido en el marco del Workshop ‘Preguntas frecuentes en obesidad: ¿Hay nuevas respuestas?, dentro del programa “The way to the ICN 2013”, antesala a la organización del 20th International Congress of Nutrition, Granada 1520 septiembre de 2013.

 

 

La actividad física es una de las herramientas de salud pública con mayor potencial. Es necesario identificar factores comtamentales, susceptibles de ser modificados, y que puedan influir positivamente sobre la obesidad.

 

Los expertos proponen un paradigma basado en el “balance energético”, un índice que combina ingesta de comida, gasto de energía derivado de la actividad física y grasa acumulada.

 

La tancia de la detección y prevención precoz de la obesidad así como el papel de la actividad física y la dieta mediterránea como medios preventivos frente a la obesidad son fundamentales.

 

Con el fin de promover hábitos saludables, la Fundación Iberoamericana de Nutrición, además de celebrar estos Workshops, está organizando la exposición “Nutrición, pulso vital”, que abrirá sus puertas en mayo del 2013 en Granada .

 

La obesidad es un problema de salud pública, considerándose una epidemia que afecta a niños y adultos. Autoridades sanitarias intentan buscar una solución a este problema multifactorial que exige una respuesta coordinada de todos los agentes plicados.

 

Con el objetivo de buscar soluciones y nuevos enfoques, prestigiosos expertos se dan cita en el marco del Workshop titulado ‘Preguntas frecuentes en obesidad: ¿Hay nuevas respuestas?’, organizado la Fundación Iberoamericana de Nutrición (FINUT), la Real Academia de Medicina de Zaragoza y la Universidad de Zaragoza, con la colaboración de CocaCola España.

 

El encuentro, dirigido el Prof. Ángel Gil, Catedrático de Bioquímica y Biología Molecular II de la Universidad de Granada, cuenta con la participación de expertos internacionales como Stefaan DeHenauw, Luis Moreno, Marta Garaulet, Jonatan Wells, Concepción Aguilera, Francisco B. Ortega y Alfredo Martínez.

 

Paradigma basado en el balance energético

¿Qué factor influye más a la hora de desarrollar obesidad: una ingesta excesiva de comida o una insuficiente actividad física?.

 

Según señala el Prof. Luis Moreno, Catedrático de Universidad de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Zaragoza “para prevenir la aparición de la obesidad se deben combinar estrategias que adapten el consumo de alentos a la actividad física que realiza cada individuo. Es tante que los niños y adolescentes realicen cantidades adecuadas de actividad física moderada e intensa”.

Los expertos proponen un paradigma basado en el “balance energético”, una estrategia que combina ingesta de comida y gasto de energía derivado de la actividad física para evitar o disminuir el acúmulo de grasa coral. Es tante enfatizar que, dentro de este paradigma, tradicionalmente se ha dado mucha tancia a la ingesta excesiva de alentos y, cada vez más, numerosos estudios hablan a favor de la tancia de la actividad física en el manteniento no sólo de la masa coral sino de la homeostasis del individuo y la prevención de enfermedades asociadas a la obesidad.

 

Desarrollo de la obesidad

La predisposición genética en el desarrollo de la obesidad es otro de los aspectos abordados en la reunión. Según el Prof. Alfredo Martínez, Catedrático en Nutrición de la Universidad de Navarra, “algunas personas tienen más riesgo de padecer obesidad una predisposición de su base genética o otros factores hereditarios ligados a la alentación materna en el periodo de embarazo y lactancia que son determinantes para ganar peso en la edad adulta”.

 

“Actualmente, los avances en el campo de epigenética han demostrado que la expresión de determinados genes responde distintamente ante restricciones calóricas e influye tanto en la pérdida de peso como en el manteniento del peso a lo largo de la vida”, explica el Prof. Martínez.

 

Asismo, la Dra. Concepción Aguilera, profesora titular de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad de Granada, añade que “la obesidad está asociada al denominado síndrome metabólico (SM) o síndrome de resistencia a la insulina (SRI)”.

 

En este Workshop, la Dra. Aguilera presentará los principales resultados del grupo de investigación al que pertenece, que demuestran como los niños obesos en edad prepuberal (610 años) presentan SRI y características de SM, así como alteraciones en biomarcadores que se relacionan con la inflamación y el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.

 

Además, abordará la naturaleza poligénica de la obesidad, cuya interacción con factores ambientales es un hecho. Por este motivo, “la identificación de los genes que contribuyen al riesgo de la obesidad supone un trabajo complejo y difícil”, añade.

 

Prevención de la obesidad: la actividad física como la mejor herramienta de intervención

La tancia de la detección y prevención precoz de la obesidad, así como el papel de la actividad física y la dieta mediterránea como medios preventivos frente a la obesidad, son fundamentales.

 

Para el Dr. Francisco B. Ortega, Investigador Ramón y Cajal en la Facultad de Ciencias del Dete, Granada, afiliado también a la Unidad de Nutrición Preventiva del Instituto Karolinska, Suecia, “es necesario identificar factores comtamentales, susceptibles de ser modificados, y que puedan influir positivamente sobre la obesidad. Entre estos, la actividad física es una de las herramientas de salud pública con mayor potencial”.

 

Según explica el Dr. Ortega, “en el estudio HELENA (Healtthy Lifestyle by Nutrition in Adolescence) hemos observado que los adolescentes del sur de Europa (incluyendo España, Italia y Grecia) emplean mayor tiempo en actividades sedentarias y menor tiempo en actividades físicodetivas que los adolescentes del centro y norte de Europa. Estas diferencias son más pronunciadas en las niñas que en los niños”.

Asismo, el estudio señala que un tercio (32%) de las adolescentes del centronorte de Europa cumplió con las recomendaciones de actividad física (60min/día de actividad física moderadaintensa), frente a sólo un quinto (20%) de las adolescentes del sur de Europa. “El bajo nivel de actividad observado en el sur de Europa puede explicar en parte la mayor prevalencia de obesidad existente en esta zona”, apunta.

 

Cómo actúa metabólicamente el tejido adiposo

Por su parte, en el marco de esta jornada, el Prof. Gil analizará las diferencias metabólicas del tejido adiposo según las distintas partes del organismo.

 

Existen dos tipos principales de tejido adiposo: el tejido adiposo blanco (distribuido en todo el cuerpo, y que a su vez se compone de dos tipos: el tejido adiposo subcutáneo y el tejido adiposo visceral) y el tejido adiposo pardo (localizado en los humanos adultos en áreas del cuello, supraclavicular e interescapular y en el mediastino). Cada uno posee propiedades únicas y autónomas, difiriendo tanto a nivel estructural como funcional y molecular.

 

Así, mientras que el tejido adiposo pardo y el subcutáneo tienen propiedades metabólicas intrínsecamente beneficiosas, el visceral se asocia a resistencia insulínica, diabetes mellitus, dislipidemia, hipertensión, aterosclerosis, esteatosis hepática y mortalidad.

 

En la actualidad, diversas investigaciones están explorando el trasplante de tejidos, lo que podría tener plicaciones futuras en el tratamiento y prevención de la obesidad.

 

Dieta mediterránea y obesidad

Un alto centaje de mujeres en nuestro país (47%) se encuentra perpetuamente a dieta sin conseguir alcanzar ni mantener su peso.

 

“La mayoría de estas dietas explica la Dra. Marta Garaulet, Catedrática de Fisiología de la Universidad de Murcia son insuficientes en hidratos de carbono, monótonas e incompatibles con la vida social del individuo y con el placer de la comida”. Pero además, generalmente están basadas en recomendaciones totalmente contrarias a los principios básicos de la dieta mediterránea, “cuando son sobradamente conocidas las numerosas ventajas que tiene sobre las alteraciones metabólicas asociadas con la obesidad (hipertensión arterial, hipercolesterolemia, hipertrigliceridemia) y son diversos los estudios que muestran que es tan eficaz como cualquier otra dieta en pacientes que acuden a un programa de pérdida de peso, algo que en general se desconoce la población general”, añade.

 

Mediante una dieta mediterránea podemos modular la expresión de algunos genes y mejorar la efectividad de los tratamientos de adelgazamiento. Por otro lado, en los pacientes que tienen variantes genéticas asociadas a la obesidad, la tendencia a esta se produce sólo en aquellos que se alejan considerablemente de los patrones de dieta mediterránea en su vida habitual. “En definitiva concluye la Dra. Garaulet la dieta mediterránea es una herramienta útil en el tratamiento de la obesidad, tanto que puede incluso modificar nuestros genes, hacia unas características más saludables y una pérdida de peso más duradera”.

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