Hace pocas horas, el subdirector general de Calidad de Medicamentos y Productos Sanitarios del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Carlos Lens, manifestaba: “Cuando veo fármacos con coste de céntos pienso que algo no funciona bien en esta economía que deseamos sea tan competitiva. Sin duda hay que mejorarlo.” Y tanto.
Tengo un conocido que es fumador. Paquete y medio de rubio americano con filtro que se mete, diariamente, entre tráquea y bronquiolos. El tiparraco se gasta más de 6 euros al día en el correspondiente y pernicioso hábito, que no vicio. Además ha comenzado con los preros síntomas de EPOC. Para los legos, Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica: patología que plica una obstrucción crónica al flujo aéreo, obstrucción que es irreversible. Obviamente, mal originado su perniciosa costumbre.
El médico, lleno de sabiduría y paciencia, además de insistirle en que lo suyo ya no es recuperable pero que puede ir rápidamente a peor si no abandona el tabaco, le ha prescrito un medicamento vía inhalada: salbutamol. Con cada inhalador, de momento, tiene tratamiento para un mes. El coste del remedio en P.V.P.: 3,12 €, lo que puede equivaler a un coste tratamiento día de 0,1 € = 10 céntos de €. Pero como está financiado el Sistema Nacional de Salud, le cuesta unos 5 céntos de € al día…
Para añadir mordiente al asunto, hace unos meses, el señorito se cabreó más que una mona contra todo lo que se movía en el Gobierno, cuando al ir a recoger el remedio a su farmacia, le habían subido el coste un 20% pasando de pagar casi 1,25 € a 1,56 €. Una diferencia insotable. Se gasta en un veneno autodestructivo más de 180 € al mes y 1,56 para su “antídoto” mensual. Aquí hay algo que desentona.
¿Qué valor hemos logrado dar al medicamento cuando hay miles de ellos que cuestan céntos? ¿Qué ha fallado para que haya compañías que no les va a ser mínamente rentable ni siquiera el envasado de alguno de sus fármacos? ¿Quién ha dejado y permitido que la “marea demagógica” siga infravalorando el coste de medicamentos que procionan vida y calidad de ella, y salud, y años? ¿Qué ha estado manipulando nuestras percepciones para que no nos escandalicemos el precio de un paquete de tabaco, y sí el infinitéso valor del fármaco que alivia sus efectos nocivos? ¿Qué resorte hay que tocar para que el valor del fármaco se encuentre en la proción adecuada, para que se siga financiando la investigación de nuevas alternativas terapéuticas para abatir enfermedades hoy fatales?
La respuesta podría estar alrededor de la pésa capacidad de la industria farmacéutica para trasmitir y comunicar el gran valor de lo que investiga, desarrolla, genera y distribuye: el medicamento.
Las compañías farmacéuticas, que dedican decenas de miles de millones de euros a investigar, luego son incapaces de trasmitir a la sociedad lo que representa ese esfuerzo. Están tan infravaloradas gobiernos y ciudadanos que siempre son alabados los recortes a los precios de sus medicamentos, y jaleadas y bienvenidas sus rebajas en beneficios. Compañías farmacéuticas que tienen que luchar contra regulaciones estatales que tratan de minizar sus absolutamente razonables beneficios o mendigar un precio razonable para que puedan lanzarse en España en las mismas condiciones que en otros países equiparables. Compañías farmacéuticas atacadas demagogos profesionales del sistema que se envuelven en la bandera del gasto y no en el de la inversión en salud. Compañías farmacéuticas que no han sabido comunicar, no han sabido difundir y no han trasmitido y trasladado correctamente el enorme valor de lo que realmente generan: salud y bienestar para la sociedad. Y esta situación no tiene pinta de revertir.
En breve estaremos asistiendo a una nueva serie de medidas que harán de muchos miles de medicamentos baratijas de todo a un euro. Con un billete de 5 €, será más fácil salir de una farmacia con una bolsa llena de cajas de medicinas que de una tienda de chuches llena de paquetes de kikos, gominolas, petazetas y pipas.
A este paso dentro de poco veremos cambiar muchos rótulos de ciertos locales donde figurará otro, debajo de una gran cruz verde, que diga: FARMACHUCHES. Qué pena.
Comunicas. Ergo existes.
Francisco J. García Pascual (Socio Director de ComDotCom)
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