Pedrojota Ramírez, el ‘alma máter’ de El Mundo, no está tranquilo con la llegada del nuevo director general del Grupo Unidad Editorial, Marco Ficarra. El nuevo ejecutivo ha sido seleccionado en un proceso que se ha realizado en España, pero en el que Pedrojota no ha sido actor principal. La desconfianza del director de El Mundo pasa ‘perder’ parte del control editorial que tiene sobre el Grupo y que hasta ahora ostenta. Antonio Fernández Galiano, presidente ejecutivo, tiene delante la tarea de encajar las piezas de este complejo rompecabezas directivo.
Pedrojota es desde la fusión con Recoletos, Director Editorial de Unidad Editorial, y como tal, además del control absoluto de los contenidos y las estrategias ‘de producto’ de El Mundo, controla el resto de las líneas editoriales de Expansión, Marca y Revistas. De esta manera, su función es aconsejar y articular toda la estrategia de contenidos de las diferentes cabeceras poniendo especial énfasis en la ‘línea’ política de los diarios.
Pedrojota Ramírez tiene contacto directo con los diferentes directores generales de área (El Mundo, Marca, Expansión, Telva, Operaciones, Digital y Revistas) y muchas veces ejerce de contrapeso –y algunas otras de complemento de las directrices de Antonio Fernández Galiano, Presidente Ejecutivo desde hace poco menos de dos años y antes Consejero Delegado. Galiano y Pedrojota cultivan un delicado equilibrio en el que ambos intentan convivir sin invadir –a veces sin éxito las parcelas ajenas: Pedrojota la de los contenidos y Galiano en gestión.
La figura de un director general viene a unificar o a coordinar estas dos vertientes y además a coordinar las direcciones generales. El nuevo director general tendrá a su cargo las siete áreas operativas, pero no la de Recursos Humanos, lo que estará mucho más enfocado en la ‘gestión de productos’, más que en el recorte de recursos. En este entendido pone –sin quererlo, o tal vez sí un pie en el área de la dirección editorial.
La llegada de Marco Ficarra sustituye la figura de Luis Enríquez, que abandonó la compañía hace dos años tras marcharse como Consejero Delegado a Vocento. Enríquez tenía y mantiene una excelente relación con Pedrojota Ramírez y hacían un equipo desde el cual pilotaban todas las estrategias comerciales de El Mundo, muchas de las cuales se extrapolaron al resto de medios de Unidad Editorial.
Es aquí donde surgen las dudas de Pedrojota. Desconfía de Ficarra, en prer lugar que casi no ha participado en su elección, que es un hombre que no tiene anterior experiencia en medios tradicionales y que no tiene clara la función que tendrá en el organigrama y en especial en su relación con Fernandez Galiano como ‘número dos’.
Pedrojota teme que este nuevo organigrama invada parte de sus competencias y que no se logren las sinergias necesarias para sacar adelante la serie de proyectos en marcha, muchos de los cuales llevan su sello personal y la mayoría además están en etapa de maduración. Pedrojota y sus más cercanos creen que la ‘revolución’ que se le pide a Ficarra puede complicar la marcha de los actuales proyectos.
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