¿Tu hijo sabe atarse los cordones? Entonces también sabrá ponerse las lentillas

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‘En general, los padres vemos a nuestros hijos menos maduros de lo que realmente son. Entre los 6 y 8 años casi todos los niños pueden ser buenos candidatos para llevar lentillas si adquieren los hábitos higiénicos y las destrezas manuales asociadas al uso de las lentes de contacto. Si un niño es capaz de atarse los cordones de los zapatos puede considerarse como un buen candidato para hacer uso de las lentillas’, explica el profesor Francisco Sañudo, profesor del Departamento de Óptica de la Universidad de Valencia.

Según un estudio de la Universidad Europea de Madrid (UEM), la probabilidad de sufrir bulling o acoso escolar es un 35% mayor en los niños que utilizan gafas. Además, un 75% de los niños menores de 16 años que utilizan gafas no practica dete miedo a romperlas, y hasta el 86% de los chicos que lo practican deben quitárselas mientras desempeñan la actividad detiva. De este modo, los niños que necesitan corrección visual pueden verse cohibidos el uso de las gafas, hecho que puede llevarles incluso a dejar de usarlas.

 

Un estudio de la Universidad de Ohio mostró que los usuarios de lentes de contacto entre 8 y 11 años se sentían mejor con su apariencia personal, su capacidad atlética y su aceptación social que los otros participantes en el estudio que llevaban gafas. Además, existen otros beneficios, como una mayor visión periférica y más natural, pues la lente se mueve con el ojo, la libertad en su uso, lo que facilita la práctica de dete y otras actividades, así como el uso de gafas de sol.

 

Los datos muestran que aproxadamente el 30% de los menores de 16 años que necesitan corrección visual tienen dificultades de adaptación debido a las litaciones que supone el uso de las gafas. Ante estos datos, el empleo de lentes de contacto se plantea como una solución eficaz, pues no afecta en absoluto al desarrollo del ojo del niño. El tamaño del ojo de un niño ya está desarrollado y no continúa creciendo; sin embargo, mejora la corrección visual en los preadolescentes y su capacidad de asumir responsabilidades.

 

Los estudios demuestran que el tiempo empleado los usuarios de entre 8 y 17 años en el uso y lpieza de las lentes de contacto es parecido al de los adultos4, lo que indicaría que ambos grupos de edad están igualmente capacitados para su utilización. Diversos estudios han demostrado también que el cuidado e higiene de las lentes de contacto es mejor entre los niños que entre los adultos5,6,7, posiblemente disponer de mayor tiempo para ello.

 

Los niños también pueden disponer de lentillas desechables diarias, que splifican las tareas de cuidado y lpieza, además de ser muy adecuadas para su uso combinado con las gafas y ser fácilmente reemplazables en caso de rotura. Diversos autores, además, recomiendan el uso de lentes diarias desechables entre los preadolescentes para evitar efectos adversos8.

 

Seguiremos informando…


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