Prisa anunciaba ayer al filo de la medianoche nuevas condiciones de refinanciación de su abultada deuda que supera los 3.500 millones de euros. En un folio anunciaba a la CNMV que seguía cerca del acuerdo total, pero que todavía no cerraban todos los flecos. No hay avances significativos en relación a la propuesta presentada el pasado 14 de junio, con la salvedad de que se ha otorgado una línea de financiación adicional para cubrir las necesidades de financiación del Grupo a ‘mediano plazo’. Prisa sobrevive, agoniza, pero no resuelve los problemas.
PRISA comunicaba anoche que alcanzaba un acuerdo con la mayoría de los inversores institucionales, ‘que compraron deuda en el mercado secundario y se incoraron al sindicato bancario acreedor de la compañía, y que representan el 11% de la deuda del Grupo así como con los principales bancos acreedores del Grupo, que representan el 73% de dicha deuda’.
El grupo indica en un folio remitido a la CNMV que este acuerdo incora ‘ciertas modificaciones a la propuesta inicial de refinanciación de la compañía presentada el pasado 14 de junio de 2013 a todos los acreedores del Grupo. En virtud de dichos acuerdos, el nuevo plan de refinanciación cuenta ya con el apoyo del 84% de los acreedores del Grupo’.
Estas ‘modificaciones’ se refieren principalmente a que los ‘inversores institucionales han accedido a proveer a la compañía de una línea de financiación adicional para cubrir las necesidades de financiación del Grupo en el medio plazo’.
Este nuevo acuerdo de refinanciación será ahora trasladado al resto de los acreedores financieros del Grupo y, ‘de contar con el mismo grado de apoyo que la propuesta inicial hasta la fecha, este plan de restructuración de la deuda contaría con la adhesión de más del 95% del total de la deuda financiera del Grupo’, indican.
Intentando traducir este comunicado podemos inferir que el Grupo sigue todavía muy lejos del acuerdo total con sus acreedores, al filo del venciento de sus obligaciones más inmediatas. Es verdad que ha conseguido una nueva línea de crédito, que les permitirá respirar en el corto plazo, pero que todavía no está aprobada todos los acreedores y que además abultará la ya mastodóntica deuda del Grupo.
Y es que la propia Prisa elude los triunfalismos. ‘Sin perjuicio de lo anterior, el proceso sigue sometido a riesgos dada su complejidad, y el cierre de los contratos y la documentación pertinente, firma y entrada en vigor requerirá de varias semanas. Cuando se formalice el acuerdo definitivo, se comunicará otunamente al mercado’, concluyen.
Lo sorprendente es que Prisa envíe el comunicado para señalar que sigue avanzando, pero que todavía no cierra nada. No hay prácticamente ningún avance en relación al comunicado del pasado 14 de junio, lo que demuestra que la agonía de Prisa se mantiene. En cualquier caso, y de concretarse el acuerdo, estamos en frente de una solución transitoria que sólo apunta a postergar la deuda. Ello, mientras la venta de activos todavía sigue en el aire sin que se pueda avanzar en temas tan delicados como la enajenación de Sogecable.
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