Villancicos, belenes, polvorones, luces de colores y adornos para todos los gustos. A partir de los preros días de diciembre ya se pueden empezar a percibir los matices de una época en la que, aunque algunos no se cansen de acusarla de estar manchada el consumismo y la manipulación publicitaria, brotan innumerables gestos de solidaridad y colaboración. Tal es el caso de ASEBIO, que este año ha celebrado su tradicional cita navideña en un entorno que ha conmovido a muchos: el Hogar Nuestra Señora de los Desamparados.
ASEBIO ha querido comenzar la Navidad reconociendo el incansable trabajo que, independientemente de la época del año, desarrollan las madres de los Desamparados y los voluntarios del hogar madrileño con los niños inmigrantes que, de domingo a vies, viven en él.
Y no lo ha hecho de cualquier forma. Además de la generosa donación a favor de estos niños, la Asociación Española de Bioempresas ha querido dejar a un lado la composición e interpretación de villancicos de otros años (donde se desafinó más que cuando Ortega Cano se arrancó bulerías en su propia boda), y ha plicado a los periodistas en una original e inolvidable acción solidaria.
Guiados la Madre Teresa, directora del Hogar Nuestra Señora de los Desamparados, cerca de una treintena de comunicadores y periodistas visitaron el centro para conocer de prera mano tanto las instalaciones como a los niños y niñas acogidos estas monjas. Disfrutaron de abrazos, de un ensayadíso baile, de anécdotas muy divertidas y de muchos besos. Toda una lección de cariño.
La experiencia fue tan agradable que muchos comentaron su intención de volver acompañados sus familias y con alguna ayuda para este hogar, el cual, pese a tener completa toda su ocupación, no recibe financiación de ningún organismo oficial. Pero sí muchas ayudas de personas que, según la Madre Teresa, son ‘más solidarias que nunca’.
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