Prisa aceptaba la semana pasada la oferta de Telefónica Digital Plus. No obstante, la operación está lejos de cerrarse debido a que la venta deberá ser autorizada organismos europeos y españoles de Competencia. Los principales problemas tienen que ver con los derechos detivos y la concentración en España, requerientos que podrían retrasar hasta en un año la aprobación definitiva ¿Prisa podrá resistir doce meses más sin hacer efectiva su venta? Su crítica situación de caja y las presiones de sus accionistas para que reduzcan su abultada deuda, indican que será muy difícil.
Diversos analistas reconocían la semana pasada que la venta de Digital Plus a Telefónica no tardará menos de un año, principalmente el largo trámite regulatorio que el expediente deberá seguir en la Comisión Europea y en España. Incluso en la ‘conference call’ con analistas del vies para comentar sus resultados trestrales, los directivos de la operadora reconocían que no esperaban noticias antes de finales de este año.
Según ha podido saber prnoticias el principal problema es el encaje de bolillos que significarían la suma de los derechos detivos de los dos operadores y la posición dominio que adquiriría en España con el 60% del mercado y la totalidad del sector de la TV satélite.
En el mejor de los casos la situación es compleja y Cebrián lo sabe. De dilatarse mucho la operación también hay que tener en cuenta que los avales del últo acuerdo de refinanciación son ‘El País’ y la ‘Cadena Ser’, algo que puede añadir aún más, si cabe, complejidad a la situación.
Incluso hay una tercera derivada y es el supuesto interés de Mediaset España hacer una oferta de últa hora Digital Plus, superando los 725 millones de euros que ofreció Telefónica. La irrupción de un segundo interesado obligaría a retrasar todo aún más, convocando nuevos consejos y abriendo negociaciones que podrían disparar los plazos para que se haga efectiva la venta de la operadora de televisión.
En este entendido y dada las premuras económicas de Digital Plus y Juan Luis Cebrián, parece difícil creer que esta espera será grata para Prisa. La compañía tiene serios problemas de liquidez y necesita comenzar a reducir su deuda ante las presiones de bancos, acreedores y ‘fondos buitres’. No obstante, la paralización en la aprobación de la operación podría convertirse en una larga agonía en la que no se descarta que pueda vender otros activos.
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