INCLUYE GRÁFICO Cadena SER ha sotado el temal de la crisis gracias a sus buenos ingresos la Radio exterior. Desde hace unos cursos el dinero ingresado en las boyantes economías latinoamericanas había evitado que la emisora de Prisa entrase en pérdidas. No obstante, la situación ha cambiado. En los últos resultados trestrales los ingresos esta vía se han desplomado un 22%. Las razones son dos: la extrema volatilidad del tipo de cambio y una ralentización de un negocio que parecía que nunca se reduciría.
¿Excesiva confianza en Latinoamérica? Lo cierto es que la cadena sigue en pérdidas en España debido a la atonía del mercado español y prera vez desde el comienzo de la crisis, los ingresos de Radio exterior se han desplomado. Esto ha pedido que las cuentas cuadren a nivel global a pesar de todos los esfuerzos de recortes de costes en las emisoras españolas e internacionales.
Los datos indican que durante el prer trestre en España se ingresaron 36 millones casi los mismos que hace un año. La diferencia estuvo en Radio Exterior –que incluye Latam donde se pasó de ingresar 30,5 millones hasta los 23,9 millones actuales, un desplome del 21,5%, lo nunca visto durante la crisis. De hecho, Radio internacional estuvo cerca de igualar los ingresos hace un año pero este trestre se han perdido totalmente la igualdad.
¿Las razones? La volatilidad del tipo de cambio de los principales países latinoamericanos y lo que es peor, una tendencia decreciente de las economías de la región, lo que deberá repercutir en los ingresos publicidad. Lo positivo para Cadena SER es que logró reducir los gastos internacionales casi al mismo nivel, un 19,3% gasta los 19,7 millones de euros. Esto le permitió seguir en beneficios (EBIT), de 3,3 millones de euros frente a las pérdidas de 3,7 millones de euros en España.
El problema es que el enorme peso de Latam que había evitado pérdidas globales los últos cinco años, ya no ha tenido efecto generando pérdidas generales de 900.000 euros. Un problema si consideramos que las previsiones indican que el negocio seguirá perdiendo fuelle en el extranjero y que España no levantará cabeza. Alarma en los despachos de Gran Vía 32.
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