‘Hay un amplio margen de mejora en donación de corazón y pulmón’

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La obtención de los órganos torácicos como los pulmones o el corazón (los más susceptibles al daño ocasionado la muerte encefálica) es muy reducida en España y a nivel mundial. De hecho, en nuestro país se obtienen estos dos órganos en menos del 20% de los donantes en muerte encefálica.

 

Según el Dr. Eduardo Miñambres, coordinador autonómico de Trasplantes de Cantabria, ‘en donantes menores de 45 años los cuales no debieran tener estructuralmente afectados estos órganos la tasa de obtención de estos órganos sigue siendo muy reducida (inferior al 60%), bien disfunción ventricular moderada la tormenta arrítmica del encajamiento cerebral (en el corazón) o el colapso de alveolos, edema pulmonar o atelectasias (en el del pulmón)’.

 

Así lo ha explicado en el marco del III Congreso de la Sociedad Española de Trasplante (SET) en Valencia este experto, que señala que ‘el centaje de corazones o pulmones obtenidos del total de donantes es muy variable entre centros de un mismo país, lo que hay un amplio margen de mejora mediante el tratamiento específico de los donantes de órganos’.

 

El objetivo es que, tras la muerte encefálica y hasta la extracción de los órganos, los injertos cardiacos o pulmonares que estructuralmente sean sanos aunque estén funcionalmente dañados la muerte encefálica puedan ser tratados adecuadamente hasta el punto de mejorar su función y hacerlos aptos para la extracción y trasplante posterior.

 

Para ello, explica este experto, ‘es prescindible un cambio de mentalidad, de forma que todos los dispositivos y recursos tecnológicos que de forma habitual se utilizan en un paciente crítico, sean utilizados en un fallecido donante de órganos, de cara a incrementar el número y la calidad de los injertos. Hoy día no es razonable tratar a un donante multiorgánico sin monitorización de gasto cardiaco invasiva, sin un respirador adecuado o sin realizar una broncoscopia precoz para lpieza de secreciones’.

 

Los expertos abogan potenciar la donación a corazón parado

 

El tratamiento del donante ha mejorado mucho en los últos años, de forma que se han obtenido muy buenos resultados de supervivencia con injertos pulmonares y cardiacos procedentes de donantes con edad muy avanzada, algo pensable hace tan solo hace una década. De hecho, hoy la supervivencia media a los 5 años está cercana al 70% en el caso del trasplante cardiaco y en torno al 55% en el pulmonar.

 

Sin embargo, las tasas de donación siguen siendo insuficientes y su aumento pasa, principalmente, dos medidas: ‘fundamentalmente, no considerar el manteniento del donante de órganos como algo pasivo, donde el deterioro funcional de los órganos es inevitable, una vez producida la muerte encefálica; el donante precisa de un tratamiento específico e intensivo como cualquier paciente grave ingresado en una UCI, y el objetivo debe ser que los injertos tengan mejor función tras ser adecuadamente tratados’, explica el Dr. Miñambres.

 

En los últos años, los expertos en trasplante cuentan con una nueva técnica que les permite valorar la viabilidad de los injertos cardiacos y pulmonares marginales, que de otra forma serían descartados para trasplante: el uso de dispositivos de preservación ex vivo. ‘Ya es una realidad que va a permitir mejorar funcionalmente dichos órganos de forma que se ‘rescaten’ injertos que inicialmente no cumplirían criterios de idoneidad para ser trasplantados ( ejemplo, pulmones con edema pulmonar), pero que pueden mejorar claramente su función y viabilidad tras unas horas de tratamiento ex vivo’, concluye este experto.

 

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