Wearables para un viaje con final feliz

Harken
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El Instituto de Biomecánica de Valencia (IBV) ha desarrollado un dispositivo inteligente integrado en textiles capaz de medir la actividad cardiaca y la respiración del conductor para prevenir la somnolencia y la fatiga al volante. El sistema no es invasivo, consigue un resultado equiparable a la medición en un laboratorio y permite anticiparse a los trágicos accidentes que en cualquier época del año, pero especialmente en verano, tienen lugar en nuestras carreteras.

 

Los factores que pueden incidir en la aparición de la fatiga están relacionados con un mal descanso parte del conductor, la deshidratación, comer inadecuadamente, ingerir alcohol o consumir medicamentos que producen somnolencia. También tienen gran influencia las condiciones que se den dentro y fuera del vehículo: mala ventilación, ruido excesivo del motor, exceso de calefacción, clatología adversa, atascos o monotonía de la carretera.

 

Los expertos recomiendan, sobre todo, descansar bien antes de efectuar un viaje, parar cada 200 kilómetros y evitar los hábitos y circunstancias que produzcan pérdida de atención y concentración, lentitud de respuesta a estímulos externos e incomodidad en el puesto de conducción. Pero aunque se han hecho grandes esfuerzos en desarrollar pactantes campañas de publicidad o mejorar las infraestructuras o la legislación, toda acción parece ser poca.

 

La fatiga sigue siendo la causa del 30% de los accidentes de nuestro país y se prevé que en 2020 los accidentes producidos esta causa serán la tercera causa de muerte y discapacidad mundial más frecuente.

 

Por ello, los científicos están volcándose en desarrollar tecnologías que consigan prevenir la aparición de este enemigo de los conductores y sean lo menos invasivas posible. Uno de los más prometedores parece ser Harken, un sistema de sensores integrado en la cubierta del asiento y en el cinturón de seguridad del vehículo que es capaz de medir la actividad cardiaca y la respiración del conductor en un ambiente de vibraciones y movientos del usuario.

 

Según explica el director de Innovación de Mercados en Automoción y Medios de Transte del IBV, José Solaz, ‘la variación del ritmo cardiaco y el ritmo respiratorio son buenos indicadores del estado del conductor en tanto que están relacionados con la fatiga del mismo. Es decir, cuando se entra en estados de fatiga o somnolencia aparecen modificaciones en la respiración y frecuencia cardíaca eso monitorizando estas constantes podemos detectar y, tanto, avisar al conductor ante la aparición de síntomas de fatiga’.

 

El sistema consta de tres componentes principales, el sensor del asiento, el sensor del cinturón de seguridad, y el SPU (signal processing unit), que procesa los datos de los sensores en tiempo real. Además, gracias a su capacidad de integración, es completamente invisible para el usuario.

 

El prototipo ha sido testado usuarios en el circuito cerrado de la Escuela de conducción Luis Clent. Sus creadores aseguran que en breve se probará en vehículos de la calle para conocer la experiencia en situaciones de tráfico real.

 

Seguiremos informando…

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