La musicoterapia aporta grandes beneficios a los niños en tratamiento oncológico

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La Unidad de Hematología y Oncología Pediátrica (UHOP) de HM Hospitales, ubicada en el Hospital Universitario HM Montepríncipe, no sólo tiene el objetivo de curar al niño de su enfermedad, sino que llegue a ser un adulto sano desde el punto de vista físico, psíquico, social y espiritual. Para ello es necesario integrar la enfermedad en la vida normal del niño y su familia.

 

 

Desde esa perspectiva tiene cabida la Musicoterapia en esta Unidad dirigida la Dra. Blanca LópezIbor. Camino Bengoechea, musicoterapeuta en dicha Unidad, define la Musicoterapia ‘como el uso de la música en una relación terapéutica para que la persona encuentre una manera mejor de comunicarse consigo mismo y con el otro, obteniendo de esta manera bienestar físico y emocional’.

Y es que, tal y como explica la Dra. LópezIbor, ‘hay que entender que el niño es un niño y no un cáncer y que su vida normal debe continuar. Por eso los niños siguen yendo al colegio y eso los niños hacen música y crean música’.

 

La experta destaca que la Musicoterapia no es una manera de distraer a los niños. La música y la relación de la música con otras artes es un trabajo de creatividad, de construcción, de creación y recreación. En ocasiones se favorece la comunicación con otros a través de técnicas de provisación musical, cantar, componer, crear cuentos musicales, hacer películas, componer bandas sonoras, etc. En otras, tiene que ver con la intidad y la comunicación con uno mismo con las inquietudes, deseos, creencias y vivencias. ‘Se trata de potenciar toda la parte artística del niño y de su familia, su sensibilidad y su experiencia de comunicación y expresión a través de un lenguaje diferente. El lenguaje lo conocen, la música forma parte de sus vidas, ahora cobra un sentido mayor que les ayuda a conocerse a ellos aún mejor. Les ayuda a convertirse en artistas y en protagonistas de sus propios procesos durante el tratamiento de la enfermedad’, señala la musicoterapeuta.

 

‘Pero este trabajo añade sólo es posible si se entiende cómo se está realizando en HM Montepríncipe actualmente, dentro de un equipo de profesionales que trabajamos conjuntamente con un objetivo común: el niño y su familia’.

 

La Musicoterapia como parte del tratamiento

En la UHOP se trabaja con niños de 0 a 18 años y últamente con adultos jóvenes entre 18 y 21 años. Camino Bengoechea declara que ‘trabajamos con todos los tipos de tumores que afectan a la infancia y adolescencia y eso supone en muchas ocasiones enfrentarte a niños con tumores cerebrales que como consecuencia de su tumor o de las secuelas del tratamiento, sufren un daño neurológico severo’.

 

En estas ocasiones, la música se convierte en una herramienta principal para su rehabilitación desde sus necesidades físicas (rehabilitación motora, pulmonar, etc.) hasta la necesidad de ofrecerles una manera de comunicarse cuando faltan las palabras que no es posible hablar. La Musicoterapia forma parte de su tratamiento, con la diferencia de que éste pueden elegirle. Es lo que la Dra. LópezIbor llama ‘algo más que medicinas’, apunta la musicoterapeuta.

 

De hecho, los niños no disponen de unas horas determinadas o un tiempo concreto para disfrutar de la música: ‘Cuando yo me marcho, la música, los instrumentos, los materiales de trabajo siguen disponibles para ellos. Y cuando estoy a veces podemos organizar las horas de trabajo pero otras veces no. Es difícil que hay que coordinarse con el resto de profesionales de la UHOP, pero es fantástico ver cómo todos nos facilitamos el trabajo y cedemos nuestros tiempos o los pedos para que el niño sea el centro de nuestro trabajo. A veces trabajas con un niño a solas en el despacho, otras veces con varios a la vez, con sus familias, con sus amigos, en su habitación o en su casa si lo necesita’.

 

El éxito de la Musicoterapia se nota en que ‘muchos continúan estudiando o aprendiendo música, otros la siguen llevando como compañera de viaje y a otros los seguos escuchando a través de ella’, concluye Camino Bengoechea.

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