Estados Unidos acaba de confirmar la veracidad del vídeo difundido ayer el Estado Islámico (EI) con la decapitación del periodista Steven Sotloff a manos del grupo terrorista. Es el segundo asesinato de un informador tras james Foley hace unas semanas. El cren pone de manifiesto la barbarie del grupo, pero además la indefensión se los profesionales de la información en zonas de conflicto, un hecho cada vez más frecuente y que con cada nuevo conflicto bélico se pone de manifiesto.
Steven Sotloff de 31 años fue secuestrado durante el verano de 2013 en el norte de Siria. Era originario de Miami, licenciado en periodismo la Universidad Central de Florida y retero experentado. Conocedor del mundo árabe, Sotloff colaboraba con Te, Christian Science Monitor, Foreign Policy y World Affairs. Era en definitiva un periodista freelance, una figura que se ha masificado en la prensa mundial ante la falta de presupuesto para enviar a periodistas de plantilla a zonas de conflicto.
Esta lamentable tendencia se ha masificado y consolidado en las guerras de Libia y Siria donde ya son contados los profesionales que van en representación oficial de algún medio. El caso es mucho más sangrante en los medios presos, pero también afecta a las televisiones en todo el mundo.
En el caso España salvo TVE y algún que otro gran diario, el resto de los medios tiran de colaboradores y gente que no figura en sus plantillas, multiplicando la inseguridad en profesionales que en la mayoría de las ocasiones suelen viajar su cuenta, pagarse su propio seguro y estar sometidos a conflictos donde la seguridad es escasa.
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