El término ‘transgénico’, el mayor enemigo de la biotecnología

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SANTIAGO DE COMPOSTELA –En los próxos años, la bioeconomía tendrá mucho que decir en las formas de producir, de conservar y de reutilizar recursos. Es un término para hablar de economía ecológica, pero que, según expertos en la materia, va a costar comprender especialmente a nivel local. La mala prensa que siempre ha rodeado a los transgénicos o productos modificados genéticamente, es uno de los motivos. 

 

 

El término ‘transgénico’ se refiere a la modificación genética de los alentos con un fin determinado: que resistan a virus o plagas, que mejoren el patrón de colesterol en el organismo o que contengan menos sustancias indeseables. No obstante, esta palabra ha estado durante años rodeado de polémica, una mala fama a la que han contribuido en muchos casos los medios de comunicación. Esto ha generado que haya ‘un sector de la sociedad que les tenga miedo aunque no se haya conseguido demostrar que sean peligrosos’, como ha afirmado Gema Trigueros, representante de la OCU en el ‘Bioeconomy Forum’ de Biospain2014.

 

Sin embargo, ante el prohibitivo precio que prevén los economistas que alcanzarán los recursos fósiles, hay que empezar a cambiar la actitud e introducir a la vida normal productos modificados genéticamente que, como cualquier alento, hayan sido evaluados y hayan demostrado que son seguros. En este sentido, ‘la bioeconomía es una nueva actitud frente a nuestra forma de consumo’, ha subrayado Gema Trigueros.

 

Como ella, varios expertos reunidos en el Foro de Bioeconomía ‘A citizen approach to bioeconomy challenges’, en Biospain 2014, han abordado los retos que supone cambiar la estrategia. El que todos han coincidido en destacar ha sido ‘la educación del consumidor’, es decir, conseguir involucrar a la población general en los proyectos bioeconómicos de formación e información.

 

En este sentido, Gema Trigueros ha lamentado que, aunque la bioeconomía ‘es algo muy ilusionante y lleva ya dos o tres años circulando las altas esferas, no lo ha llegado al consumidor final’. Ha explicado que es ‘una manera nueva de consumir, de producir y de desechar, pero tiene que plicarse todo el mundo. Tiene que ser una visión muy global, pero también local que las soluciones tienen que darse desde el entorno del consumidor’.

 

Emilio Muñoz, Presidente del Comité Científico de ASEBIO, ha hecho hincapié en que la bioeconomía ‘es un término para hablar de economía ecológica, pero es un término muy difuso y va a costar comprender lo que es’. Para él, la solución es ‘cambiar de estrategia’. ‘No se puede difundir el término desde la distancia, sino desde la participación’.

 

Con este objetivo, los expertos han demandado una ‘gran campaña de formación que involucre a la sociedad desde los colegios para acabar con la absoluta desinformación que hacen que el enfoque local sea crítico’. Así lo ha hecho Darío Sánchez, del Ayuntamiento de Guijuelo (Salamanca).

 

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