El Foro Mundial de la Comunicación también ha tenido hueco para la parte más teórica de las Relaciones Públicas y de la Comunicación en general, con una sesión académica en la que reputados eruditos han dado las claves sobre ‘qué pueden aprender los profesionales y los académicos los unos de los otros’ y, sobre todo, si el ámbito académico está en consonancia con las necesidades y los retos que se le presentan al sector en la actualidad.
Samuel MartínBarbero, vocal de desarrollo académico y decano asociado del IE Business School, ponente en la inauguración de la sesión académica de este VIII Foro Mundial de la Comunicación, analiza en el especial de Onda CRO si realmente la investigación en comunicación va en un camino paralelo al de la comunicación práctica. ¿La parte académica llega a cruzarse tanto con la práctica? ‘En parte es cierto que existen dos cosas, una realidad y una preconcepción, que es pensar que las ciencias sociales no tienen aplicación práctica, que son las ciencias de la pura especulación, de la divagación, de la abstracción más etérea y que es difícil transferir a productos, servicios, patentes o modelos de utilidad, a cualquiera de las formas las que entendemos que algo que sale de las ciencias sociales puede tener una aplicación práctica en el mundo de los negocios o en el mundo empresarial. Por tanto, estableciendo esa analogía sí podríamos llegar a esa conclusión…’, segura MartínBarbero.
El académico también asegura que ‘sí es cierto es que dentro de la comunicación existen muchos perfiles duales, es decir, muchos profesionales que, aún sin ser académicos, provienen del ámbito académico que han dado clase en las aulas. Hay un trasvase de talento profesional de la Comunicación al ámbito de las escuelas de negocio y de las facultades de Comunicación, que para ganar legitidad de cara a sus alumnos acuden al claustro del ámbito profesional. El gran dilema sería pensar hasta qué punto la comunicación es una ciencia o hasta qué punto la comunicación es un oficio. Si son las dos cosas habría que apostar esa hibridación y si es una de las dos habría que apostar sólo una de las dos’, añade.
Juan Carlos Molleda, profesor y director del Departamento de RR.PP. de la Universidad de Florida, revelaba que es necesario ‘que los profesionales y los académicos tengan mayor comunicación entre ellos para entender, investigar y buscar soluciones a los grandes problemas que enfrentamos en nuestras sociedades. La comunicación es vital para entender esas situaciones difíciles que estamos afrontando para tratar de buscar un diálogo y lograr la confianza, que está tan escasa. Hoy las organizaciones viven en ambientes muy convulsionados y la comunicación clarifica esta convulsión ayudando a desarrollar estrategias más efectivas’.
Además, Molleda aseguraba que la diferencia entre teoría y práctica en el sector de la comunicación sí es algo que se da en muchos países, pero no en EE.UU., donde ‘tenemos mucha comunicación con el mundo profesional, ya que nuestros programas cuando son acreditados a nivel educativo necesitan tener un componente profesional muy tante. Es más, consideramos las relaciones públicas y gestión de comunicación como una carrera profesional donde teoría y práctica deben estar mano a mano’.
Onda CRO también ha contado con la opinión de Ricardo Gómez Díaz, profesor asociado de la Universidad CEUSan Pablo, para aclarar esta cuestión. El académico pone como ejemplo a los hospitales universitarios como mezcla real entre el mundo profesional y académico, asegurando que ‘los profesores titulares son doctores en medicina, especialistas, cirujanos que lideran una práctica. Este sería un mundo lejano para la comunicación y para otras ciencias sociales, lo que en comunicación deberíamos acercarnos. Los profesionales del sector deberían aprender a ser más rigurosos, a utilizar más metodologías y a medir más las cosas, que la comunicación corativa adolece de reconociento, de legitidad parte de los clientes, de las empresas, de un estándar de medición concreto’.
También habla de cuál sería la labor de los académicos para que ambos caminos se crucen, afirmando que ‘deben aprender a ser más prácticos, a desarrollar modelos y a plantear investigaciones que no sólo describan qué está pasando, sino a ir un paso más allá’.
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