El chip anticonceptivo, un nuevo dispositivo para ‘hackear’ nuestros parámetros biológicos

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Hay personas que esperan con más entusiasmo que otras la entrada del nuevo año. Impaciente debe estar el equipo de científicos de Estados Unidos que ha desarrollado el prer microchip que, plantado debajo de la piel y a través de un mando a distancia, libera hormonas o medicación durante un periodo de tiempo prolongado. Y es que, 2015 es el año en el que los investigadores tienen previsto obtener la aprobación del organismo regulatorio estadounidense, la FDA, para comenzar los ensayos preclínicos.

 

Su desarrollo fue conocido hace unos meses y se presentó como una solución al problema de acceso y uso de los métodos anticonceptivos y la mortalidad infantil en cualquier parte del mundo, pero sobre todo, en países poco desarrollados.

 

Este nuevo microchip (0,8 x 0,8 x 0,28 pulgadas) plantado en la parte blanda del cuerpo de cualquier mujer le daría el poder de controlar de forma inalámbrica su propia fecundidad durante un máxo de 16 años. A través de un mando a distancia protegido contraseña, cualquier usuaria permite la apertura, mediante corriente eléctrica, de uno de los muchos depósitos que tiene el microchips. De esta forma, autorizaría la liberación de levonorgestrel en el transcurso de 30 días.

 

Incluso para evitar errores humanos, los desarrolladores han previsto la incoración de un reloj que recuerda la hora y el día en que se abrió el depósito últa vez. Todos los comandos son enviados radiofrecuencia, en lugar de bluetooth, a la plataforma de recogida de datos.

 

La Fundación Gates ha donado casi 5 millones de dólares para el proyecto, que también cuenta con la colaboración de otros donantes e inversionistas privados. Por ahora, el chip ha tratado con éxito la osteoosis en un paciente.

 

Sin embargo, la idea del control inalámbrico ha sembrado muchas dudas con respecto a su vulnerabilidad. ¿Podría acceder al sistema un hacker y causar serios daños de una mujer? Según un experto en vulnerabilidades de dispositivos médicos, Jay Radcliffe, los desarrolladores de este microchip ‘están poniendo el listón muy alto para lograr ser seguro’.

 

Por su parte, Robert Farra, presidente de MichoChip, la compañía que tiene la licencia del dispositivo, dice que se han contemplado medidas de seguridad físicas y digitales: ‘El chip recibirá comandos desde un mando a distancia dentro de un rango de sólo unos pocos centímetros, lo que significa que necesita ser presionado contra la piel del paciente; lo que un hacker tendría que ponerse en contacto con la piel del paciente para alcanzar el dispositivo’.

 

Farra también asegura que el chip no se romperá accidentalmente: ‘Resiste cientos de libras de presión pulgada cuadrada’. Además, ‘serán plantados en las partes blandas del cuerpo buscando así amortiguación’, añade.

 

Seguiremos informando…


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