El dolor neuropático ocular, poco frecuente pero muy invalidante

Publicidad

El dolor neuropático ocular o, lo que es lo mismo, el dolor asociado no a un estímulo nocivo sino a un funcionamiento incorrecto de las vías sensoriales, es uno de los asuntos protagonistas de la XIII Reunión Anual de la Sociedad Española de Superficie Ocular y Córnea (GESOC), un importante encuentro científico que se celebra hoy en Oviedo y que reúne a más de 200 expertos nacionales e internacionales.

 

‘Se trata de un tipo de dolor poco frecuente, pero que altera de forma muy importante la calidad de vida e incluso de visión de quien lo padece’, explica el doctor Jesús Merayo, Profesor de la Universidad de Oviedo, Investigador del Instituto Oftalmológico Fernández-Vega y organizador del encuentro científico. Y para ilustrarlo pone el siguiente símil: ‘¿Se imaginan el sufrimiento que causa, por ejemplo, un dolor de muelas o una quemadura en la piel? ¿Pueden intuir lo que le pasa a los músculos del brazo cuando se cortan los nervios por un traumatismo? Pues trasladen esto a una zona de la superficie ocular, la córnea, que tiene 200 receptores sensitivos más que la piel o 50 más que la pulpa dental’.

 

Teniendo esto en cuenta, el doctor Merayo no duda en afirmar que, ‘una vez tratada la posible infección o inflamación, si el paciente sigue sintiendo dolor es fundamental aliviarlo y no dejarlo sin tratamiento. En ocasiones, la solución no la encontramos si abordamos el dolor únicamente desde la Oftalmología y es necesario tomar medidas que ya se adoptan en especialidades como la Medicina Interna, en Unidades de Dolor, de Cefaleas y Migrañas o con los psicofármacos que usan los psiquiatras’, comenta. Y esta es precisamente una de las grandes novedades de la reunión que hoy se celebra en Oviedo. ‘Por primera vez en un encuentro científico, estamos analizando de forma multidisciplinar los diferentes aspectos relacionados con el dolor neuropático ocular, para lo cual contamos con la ayuda de importantes expertos nacionales e internacionales que nos están permitiendo conocer el abordaje desde otras especialidades’, afirma.

 

Esta XIII edición de la Reunión Anual del GESOC se centra de forma monográfica en los diferentes aspectos relacionados con el dolor, la inervación (distribución de los nervios y fibras nerviosas en una parte, órgano o región corporal) y el trofismo (desarrollo, nutrición y mantención de la vida de los tejidos) de la superficie ocular. Uno de ellos son los últimos avances en el tratamiento de los problemas de esta parte del ojo, avances que el doctor Merayo resume en tres puntos: ‘terapias dirigidas a dianas de la superficie ocular, tratamientos regenerativos (nuevas lágrimas artificiales y colirios) a base de plaquetas de la sangre del propio paciente y tratamientos compuestos de factores de crecimiento que actúan como una película o trampa para que dichos factores no se escapen de la córnea y permanezcan más tiempo en la superficie ocular’.

 

En lo que se refiere a la primera línea de trabajo, durante este encuentro científico ‘presentamos las investigaciones que desde hace cuatro años desarrollamos en la Fundación de Investigación Oftalmológica (FIO) del Instituto Oftalmológico Fernández-Vega junto con el Instituto de Neurociencias de Alicante en la identificación de dianas terapéuticas para tratar alteraciones de la superficie ocular. Hablamos de nuevos fármacos que pueden abordar, por ejemplo, la sequedad ocular tratando no sólo el síntoma, sino yendo a las bases del problema, es decir, al punto en el que se generan los problemas a nivel de receptores con el fin de lograr tratamientos específicos y personalizados para cada tipo de ojo seco’. Este proyecto se encuentra en fase de pruebas, de forma que en este momento ‘estamos trabajando en la identificación de qué receptores son los que hay que activar o callar y qué fármacos agonistas o antagonistas son los que mejor se adaptan a cada función’, explica al doctor.

 

El doctor Merayo también destaca las investigaciones que se están llevando a cabo con nuevas lágrimas artificiales y colirios derivados de las plaquetas de la sangre del propio paciente. ‘Estas plaquetas se usan para regenerar, por ejemplo, el sitio donde se ponen los implantes dentales o el cartílago de una articulación’, comenta el doctor. ‘En el ámbito de la Oftalmología, lo que estamos haciendo es aprovechar todo ese potencial regenerativo de la propia sangre del paciente, eliminando todo lo que hace daño y haciendo un colirio que se puede industrializar. Lo llevamos usando en el Instituto Oftalmológico Fernández-Vega los cuatro últimos años y se benefician más de 800 pacientes al año. La idea es que se pueda usar de la misma manera y con la misma forma de preparación en toda España’, concluye.

 

Publicidad
Publicidad
Salir de la versión móvil